El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
TAMARA FALCÓ Y EUGENIA MARTÍNEZ DE IRUJO, FAMOSAS, AMIGAS Y ‘JOYERAS’
En la Fundación Recal tratan la dependencia a drogas, alcohol, tabaco o alimentación, con un método tan duro como eficaz. Maximiliano de Habsburgo venció sus adiciones en EEUU gracias a esta terapia, y a su regreso a España, abrió una clínica a la que llamó Recal, “Recuperación de almas”. También creó una fundación para aquellos que no pueden pagar un tratamiento.
Una vez al año, donantes, amigos y ex pacientes de la clínica celebran una cena benéfica para financiar estas becas. Suelen asistir empresarios muy importantes, familias adineradas, ex pacientes y personas sensibles a esta lacra social y humana. La cocaína siempre estuvo unida al dinero y al éxito con una frivolidad devastadora. En esta última fiesta benéfica, el aristócrata contó con su hermana, Sofía de Habsburgo, que donó para la rifa algunos de los bolsos que diseña; Eugenia Martínez de Irujo cedió una vajilla diseñada por ella. Hasta se subastó una audiencia privada con el Papa Francisco. Michi Primo de Rivera amenizó la velada con ese humor suyo, entre jerezano y británico.
Johnny, un ex paciente recuperado al cien por cien y volcado ahora en ayudar a Recal, dio su propio y sentido testimonio. Anna Gamazo, premiada por su labor solidaria, habló de una forma tan emocionante como sincera. Los discursos calaron en los invitados. Allí estaban varios Hohenlohe, Esperanza Aguirre, Casilda Santa Cruz, Juan Abelló y su nuera Marta Álvarez, presidenta de El Corte Inglés, Simoneta Gómez Acebo, María Chávarri, su ex Javier FitzJames, Cayetano y Fernando Alba. Cayetano explicó como superó sus adicciones a tiempo, pidiendo ayuda y enfrentándose de cara a su problema. Jaime de Marichalar pudo asistir a la cena tranquilo, después del susto de su hija Victoria, operada de urgencia dos días antes por una peritonitis.
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Tous ha reunido a Tamara Falcó y Eugenia Martínez de Irujo, las dos colaboradoras más famosas de sus nuevas colecciones de joyas. “Ni hay rivalidad ni competencia entre nosotras”, asegura Tamara, con razón. La marquesa de Griñón centra sus creaciones para Tous en medallas de la Virgen. La duquesa de Montoro es más hedonista y pagana. En su presentación conjunta, las
La fiesta de Yo Dona abre siempre los festejos de la pasarela madrileña y reúne a diseñadores, influencers y modelos. Luego sigue la maratón de desfiles, algunos tan interesantes como Malne, con estilo propio como Carmen Lomana, Mar Torres y Veva Longoria. Al desfile de Pedro del Hierro le faltó esta vez Victoria Marichalar, la invitada que acapara más atención, todavía convaleciente. Los flashes tuvieron que conformarse con Paula Echevarría.
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dos hablaron de su trato con Carlos III. Eugenia cuenta que en una cena de Porcelanosa en Londres con el príncipe de Gales, Cayetana y Charles, sentados juntos, no pararon de reírse. De jovencita en Londres, la duquesa de Alba frecuentaba Buckhingham Palace para tomar el té con la futura reina. Tamara también tiene buenos recuerdos del heredero, en las recepciones de la firma valenciana donde acompañaba a su madre.
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La Mercedes Benz Fashion Week se divide entre las pasarelas de Ifema y los diseñadores que van por libre fuera del recinto oficial. Como Roberto Verino o Marcos Luengo, el asturiano favorito de la burguesía elegante y sin estridencias. Al estilo de Coco Chanel y Pierre Cardin, Luengo presentó su nueva colección en la intimidad de su atelier de Jorge Juan, con dos pases consecutivos. En el primero, María Dolores de Cospedal y Pilar Vega de Anzo. En el siguiente, Begoña Gómez. La esposa de Pedro Sánchez viste a menudo de este modista de vocación tardía. Letizia solo en una ocasión, un abrigo fucsia en su visita a Los Oscos, el Asturias más recóndito. Los nuevos estampados de Luengo se inspiran en los cuadros del pintor salmantino Rubén Rodrigo, que expone en la galería de Fernando Pradilla, al lado del atelier, con un resultado espectacular, auténtica alta costura.
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Y también en Ifema, Nacho Cano estrenó Malinche, el musical que lleva preparando 12 años. No faltó nadie, ni la presidenta Ayuso. Por lo demás, hace falta un poco de tiempo para poder asimilar y comentar un espectáculo tan imponente como imprevisible y disperso.