El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica

DE MODELO DE LETIZIA CUANDO ERA PRINCESA A UNA SOMBRA QUE YA NO BRILLA

Durante años, Rania ha sido un icono global, pero pasó a un segundo plano tras ser criticada en su país. Ahora es Letizia, que empieza a tener una agenda de peso, quien acapara la atención internacio­nal.

- POR EDURNE URRETA

HUBO UN TIEMPO EN EL QUE LETIZIA quiso ser Rania de España. Puede que fuera más un empeño que una realidad, pero lo cierto es que las comparacio­nes entre ellas han llenado páginas y páginas, sobre todo desde que la reina jordana casi eclipsara a la Princesa de Asturias el día de su boda. La aparición de Rania, con aquel Givenchy lila con encajes causó tal sensación que hasta se hicieron muñecas con el modelito. Ese día, la joven y glamurosa reina jordana se convirtió en un referente mundial de estilo.

Con trayectori­as paralelas (plebeyas, profesiona­les y casi de la misma edad) y un físico parecido, la ranificaci­ón parecía inevitable. Se decía que la royal jordana era el espejo en el que la Princesa de Asturias se miraba, y no solo por su estilazo, (obra de Dior, Prada y otras marcazas, todo hay que decirlo), sino por la agenda que manejaba.

Mientras Rania se paseaba por la ONU o por Davos como una figura activa e independie­nte, mostrando su aplomo y su perfecta dicción en inglés en foros y conferenci­as, Letizia tenía que conformars­e con un papel secundario de acompañant­e del Príncipe. “No soy nadie, el importante aquí es Felipe”, llegó a decir en una ocasión. Su agenda española también tenía muchas páginas en blanco y su trabajo parecía desdibujad­o.

Pero las tornas han cambiado. La agenda ha ido ganando peso y es Letizia ahora quien acapara titulares en el Washington Post o Paris Match como la artífice de la modernizac­ión de la monarquía española.

Jill Biden y las demás primeras damas se rindieron ante ella en la cumbre de la OTAN, donde ejerció de perfecta anfitriona. Ya no necesita mirarse en el espejo de Rania.

“Durante muchos años Rania ha sido un icono global, ha tenido mucha más proyección que nuestra propia reina, pero de estos años a esta parte se ha dado la vuelta a la situación. Es ahora Letizia la que está empezando a tener una agenda de peso, con verdadera programaci­ón internacio­nal, y aunque Rania sigue haciendo cosas, lleva bastantes años un poco opacada, en un segundo plano”, explica Eduardo Álvarez, periodista experto en política y en casas reales.

Ambas han coincidido en Londres, en el funeral de Isabel II, y en Nueva York, donde la Reina Letizia ha ido, por fin, sola. Allí ha mantenido reuniones de alto nivel, ha pronunciad­o dos importante­s discursos y ha hecho gala de un perfecto inglés. No sabemos si se vieron en algún foro, aunque Rania coincidió con su hermana Telma en la celebració­n del 2022 Concordia Annual Summit, la ONG en la que trabaja la hermana de la Reina desde abril.

En efecto, la reaparició­n de Rania en Londres y en Nueva York se ha producido después de unos años de perfil bajo. La Primavera Árabe también se dejó sentir en Jordania y, aunque para el rey Abdalá II apenas tuvo consecuenc­ias, los críticos se cebaron con su mujer. Su protagonis­mo político, sus operacione­s estéticas y la exhibición de un vestuario más digno de una multimillo­naria celebrity que de una royal de un país del tamaño de Castilla-La Mancha, acabaron pasándole factura. En 2011 una treintena de figuras destacadas de las poderosas tribus del país instaron al rey a que pusiera fin al papel de su mujer en la política. En un comunicado advirtiero­n al monarca de que el país sufría una “crisis de autoridad” y criticaron la “interferen­cia en decisiones ejecutivas de aquellos que no tienen poderes constituci­onales”, en una clara referencia a Rania. Los nacionalis­tas también criticaron el origen palestino de la reina, así como su papel tan visible en la sociedad jordana, dominada por el hombre. “Rania tenía mucha proyección, modernizó la corte jordana, pero la frenaron en seco”, señala Álvarez.

Tachada de frívola, derrochado­ra y demasiado occidental­izada, en 2019 su oficina tuvo que salir al paso de nuevas críticas con un comunicado en el que aseguraba que su vestuario, atiborrado de firmas de lujo, proviene de “préstamos, obsequios o adquisicio­nes con descuentos” de las propias marcas. Rania vio las orejas al lobo y renunció a ser la heredera de Farah Diba. Empezó a alternar Prada con Zara y, como Letizia, a lamentarse de que se la juzgue más por su ropa que por su trabajo. Pero, a sus 52 años, con dos de sus hijos en capilla, no ha renunciado a los retoques y los tacones con los que ha vuelto a pisar las alfombras de la ONU. Como Letizia.

La oficina de Rania tuvo que explicar el origen de sus carísimos estilismos

 ?? / AP ?? Los reyes jordanos, seguidos por Letizia y Felipe, camino de la abadía de Westminste­r para el funeral de la reina Isabel.
/ AP Los reyes jordanos, seguidos por Letizia y Felipe, camino de la abadía de Westminste­r para el funeral de la reina Isabel.
 ?? / G3 ?? Letizia, entonces Princesa de Asturias, y Rania, en 2011.
/ G3 Letizia, entonces Princesa de Asturias, y Rania, en 2011.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain