El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
EL REVIVAL DE SUS ‘RENGLONES TORCIDOS’. AMADO POR BELÉN ESTEBAN Y MAL VISTO POR FRANCO
Se estrena la película basada en su libro ‘Los renglones torcidos de Dios’, pero su nombre no aparece ni en el tráiler.
EN LA PRIMAVERA DE 2013, LAS REVISTAS del corazón nos vendieron a Shakira “supertriste y refugiada en sus hijos”, a Miley Cyrus y Liam Hemsworth rompiendo las campanas de su amorío y a Belén Esteban leyendo una novela en una hamaca tumbada en Miami. De las tres, la noticia de más eco ya saben ustedes cuál fue. El cliché funcionó, vacilando con el club de lectura de Belén, y pocos se centraron en el ejemplar que tenía en sus manos: Los renglones torcidos de Dios (Editorial Planeta). Una década después, este súper ventas publicado en 1979 se estrena en el cine el próximo 7 de octubre y casi nadie parece saber quién lo escribió. Ni siquiera los publicistas de la película que, por intuición o alguna recomendación, en el cartel y en el tráiler, se limitan a apuntar que está “basada en el best seller”. ¿De quién? Ya se lo dice LOC: de Torcuato Luca de Tena y Brunet. Vayamos por partes.
“De Torcuato se hablaba mucho en su época”, nos cuenta Belén Esteban. Y revela que la primera vez que leyó Los renglones torcidos de Dios fue por consejo de su madre. “Me lo he leído dos o tres veces”, dice, “y lo recomiendo a todo el mundo porque es verdad lo que narra, que a menudo te enfrentas a los renglones torcidos de Dios: te esperas algo en la vida pero Dios escribe con los renglones torcidos”. ¿Que qué le gustó? “Que te hace pensar en la vida. Lo leí por primera vez ya un poco mayorcita porque en mi opinión no es un libro para adolescentes, trata de los sufrimientos y de las satisfacciones .... pero no quiero destriparlo”, responde. Tranquila, Belén, que lo hacemos nosotros.
Para escribir esta novela, Torcuato Luca de Tena y Brunet (Madrid, 1923) –de los Luca de Tena de toda la vida, de los dueños y señores del diario Abc desde su fundación– ingresó en un hospital psiquiátrico y convivió, como un loco más, entre los locos. En el prólogo del libro, el psiquiatra y escritor Juan Antonio Vallejo-Nágera asegura que Torcuato logró permanecer 18 días en el hospital de una provincia periférica: “Son muchos días, y especialmente muchas noches, matiza. Él le había recomendado que para ambientar la novela simplemente descansase unos días en una clínica privada. La respuesta fue clara: “No me has entendido. (...). Quiero ingresar como si fuese un enfermo (...). Quiero vivirlo”. Y así se documentó para este thriller contemporáneo, donde la protagonista entra en un sanatorio y ella afirma que es una investigadora que intenta resolver un caso.
ACADÉMICO
Escritor y periodista de éxito, sobre todo entre el público femenino, la biografía de Torcuato Luca de Tena y Brunet exhausta. Estudioso en leyes, miembro de la Real Academia, corresponsal, “nieto espiritual” de Azorín... “Llegó a Prensa Española [empresa editorial de Abc] para tareas de responsabilidad limitada, según costumbre de la saga”, escribe Miguel Martín en Las cuatro vidas de Juan Ignacio Luca de Tena, su padre, hijo del fundador de Abc.
De hecho, es su padre, Juan Ignacio, quien el 13 de octubre de 1952 lo elige para relevarlo en su puesto como director del periódico. En esta primera fase al frente del diario –volvería en los años 60– lo aguantaron solo 12 meses, tiempo en que la Dirección General de Prensa del Franquismo le instruye 11 expedientes y por el último, lo cesa. Era la época en que a la censura se mandaba una página para su revisión y a los quioscos llegaba otra, pero el 23 de septiembre de 1953, Torcuato fue demasiado lejos para las competencias que entonces regía Gabriel Arias-Salgado, a cargo de la prensa del régimen. ¿Qué ocurrió? A toda portada, Abc publicó: ¿Está Beria escondido en España? Era la apertura de un reportaje que refería una serie de pistas sobre la posibilidad de que quien fuera mano derecha de Stalin, el líder soviético Lavrenti Beria, estuviese cobijado por España en Málaga. Muchos sostienen que a Torcuato se la jugaron, que le soltaron con mala baba un chivatazo fallido de esos de tipos con gabardina. Otros, que lo publicado era meritorio de un Pulitzer. Sea como fuere, por todas la implicaciones diplomáticas que esa información implicaba, lo destituyeron.
UN LOCO DEL TEATRO
Se acercaría otra vez al Movimiento, ahora de la mano de Fraga, y del 62 al 75 dirigiría de nuevo Abc. Muy activo en la política de la Transición –candidato al Senado por Alianza Popular–, volvería a ser desahuciado por los accionistas de Abc, dejaría su cargo y se marcharía a México. Cuentan quienes lo conocieron que en verdad se dio el piro porque temía que con la muerte de Franco se fuese a desatar otra Guerra Civil. Autoexilio.
En México se dedicó por completo a la creación literaria y al disfrute. Era un autor tan popular, tan leído, que con su nombre por delante a sus acompañantes se le abrían las puertas de cualquier local. Allá hizo una fortuna con sus novelas, merecedoras de innumerables premios como el Planeta o el Nacional de Literatura.
Una de sus pasiones, por cierto, era el teatro, afición heredada de su padre. Tan teatrero salió que se pasaba todo el día declamando, hasta tal punto que quien iba a su despacho para hablar con él tenía que esperar a que acabara la estrofa, que recitaba mientras paseaba con los pulgares en la sisa de su chaleco.
Director de ‘Abc’, el franquismo se lo ‘cargó’ por una información