El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
YATE, PISAZO EN MANHATTAN Y AMIGO DE BARACK OBAMA
Desde joven siempre fue un hombre ambicioso. Soñaba con una empresa que tuviese ‘alma’, más allá del objetivo primordial de servir una buena taza de café. Por eso la música alternativa, el ambiente acogedor de los sillones y la atmósfera relajante de sus locales. Y no solo para los clientes. Para sus empleados también, a los que ni siquiera considera trabajadores, sino socios, aunque no lo sean. Quería que sus empleados trabajaran 20 horas a la semana y obtuvieran una cobertura de salud completa, además de un paquete generoso de acciones. Después se fue topando con la realidad de manejar una gran corporación.
Le preocupa el cambio climático, está a favor de un control más estricto en la venta de armas y apoyó de forma explícita el matrimonio entre personas del mismo sexo. Sus valores están alineados hasta cierto punto con los del Partido Demócrata. De hecho, organizó un evento de recaudación de fondos para John Edwards en la campaña presidencial de 2008, aportando capital después para Hillary Clinton y Barack Obama.
Con el tiempo ha ido escalando posiciones en la lista de los hombres más ricos del mundo. Entre sus posesiones, un súperyate de 77 metros de eslora por el que pagó 120 millones de dólares, una mansión de 25 millones en Hawái y un ático en Nueva York de 40. Se hizo con él en 2017 justo antes de su segunda salida como CEO, un piso de más de 500 metros rozando el cielo de Manhattan.