BORJA THYSSEN A PESAR DE TODO, SU MADRE QUIERE QUE SEA VICEPRESIDENTE DEL THYSSEN

No fue a su boda con Blanca Cuesta, pidió una prueba de paternidad de su primer nieto... Los problemas parecen haber quedado aparcados y su futuro económico garantizado

COINCIDIENDO CON EL 30 ANIVERSARIO del museo Thyssen, esta semana Borja (38), el hijo de Carmen Cervera adoptado por el barón, y su esposa Blanca se estrenaron como coleccionistas, inaugurando su primera exposición en el palacio de Villahermosa, por el que campan como en casa. Con el título Hiperrealismo en la colección Blanca y Borja Thyssen se muestran ocho cuadros de artistas norteamericanos de vanguardia, los favoritos de la pareja, entre ellos Richard Estes, Charles Bell o Roberto Bernardi. El matrimonio no asistió a la presentación y cancelaron la rueda de prensa programada alegando “problemas de agenda”, algo chocante pues a Borja no se le conoce oficio aparte de su amor al arte. Parece que mas bien trató de esquivar preguntas indiscretas, por ejemplo, lo inédito de exponer una colección en mantillas que Guillermo Solana, director artístico del museo, justificó como “la oportunidad de mostrar cómo se hace una colección”, aunque el que asesora sus compras es el propio museo, que en 2021 recibió 17 millones de euros como subvención estatal. Demuestra que Borja es el niño mimado del Thyssen, más ahora, ya que por designación directa de su madre, es uno de los 12 miembros del patronato, en el que figuran cinco representantes de los ministerios de Cultura y Hacienda. Carmen, vicepresidenta vitalicia de la fundación Thyssen que gestiona el museo, ya ha advertido de que “Borja será el próximo vicepresidente”. El cargo no es hereditario, pero Tita, que ejerce con mano de hierro, podría lograr un cambio de estatutos . También demuestra que madre e hijo, cuya relación es como un carrusel, están a partir un piñón, aunque sus enfrentamientos han sido sonados, pese a la pasión que siente Tita por su hijo. Tras el fiasco de su segunda unión con el latin lover Espartaco Santoni que, además de ir a la cárcel, la arruinó, Tita logró su sueño de ser madre con Borja, nacido el 24 de julio del 84 de padre desconocido, que se atribuyó Manolo Segura. Una etapa convulsa que redimió el multimillonario barón Thyssen, con quien Carmen se casó en 1985 y adoptó a Borja, al que al fallecer en 2002 equiparó a sus cuatro hijos biológicos en el reparto de sus 3.000 millones de euros de herencia . La primera tormenta estalló cuando Borja, con 18 años, conoció a Blanca, a la que la baronesa declaró la guerra, pues pretendía para su niño un miembro de la realeza. No asistió a la boda, y cuando nació el primero de sus cinco nietos, Sacha, reclamó una prueba de paternidad. Posteriormente, tras el nacimiento en 2006 de las mellizas Carmen y Sabina por maternidad subrogada, se enfrentaron por la herencia, ya que Borja en 2009 entró en el museo Thyssen con un notario reclamando dos cuadros Mujer con niños junto a una fuente, de Goya, y El bautismo de Cristo, de Guaquinto, regalo del barón en su bautizo. Recientemente también tuvo un juicio con Hacienda, que le acusaba de vivir en España pese a tener residencia en Andorra, pero fue absuelto. Las tensiones con su madre parecen haberse suavizado desde que en 2020 percibió su herencia y especialmente desde el pasado febrero, cuando tras largos años de negociaciones y la amenaza de llevarse el Mata Mua de Gauguin, firmó con el Gobierno un acuerdo para alquilar la colección de Tita durante 15 años por 97,5 millones de euros, a repartir entre madre e hijo. Suponía que a las 715 obras que el Estado compró al barón por 265 millones de euros y las 329 de Tita colgarían juntas en el museo de Villahermosa, colecciones a las que ahora se unirá la de Borja, que comentó: ”Mi padre va a estar muy contento desde el cielo”.

Acaba de presentar la colección ‘Blanca y Borja Thyssen’

CARLOS GARCÍA POZO Borja Thyssen en el museo del palacio de Villahermosa.