El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
LAS CUATRO ESQUINAS
EL ESCANDALITO DE ORTEGA CANO.
Los oídos vírgenes de los espectadores de Telecinco, que nunca escucharon una guarrada en Sálvame, y los que tampoco oyeron nunca una ordinariez en las demás televisiones, empezando por TV3, que llama a los españoles, y en especial a los catalanes que hablan español, ñordos, vulgo cagarros, están escandalizadísimos por la sandez, fruto de los nervios y los años, de Ortega Cano, que entre folios para leer lo que ya le había dicho a Ana Rosa y las ganas de hacer una gracia conyugal, espetó a su aún esposa Ana María Aldón el ya famoso “todavía tengo semen de fuerza. Vamos a por la niña”, a lo que añadió un adorno de cuando era gran matador y con la cabeza en su sitio. Lo malo es que ya no cabe decir que la familia debe decirle que no hable en televisión y no haga el ridículo, porque se lo dicen y no hace ningún caso. Peor para él.
LA ESPOSA, MODERADAMENTE RUBOROSA.
A su todavía esposa, que, en su última –al leer esto, penúltima– aparición en la caja tonta, la filmaron viendo el número de su aún cónyuge, y se mostró moderadamente ruborosa por la ordinariez del torero, ayer maestro en el templar y mandar, y hoy viva imagen de la falta de temple. Pero alguien ha rescatado de la infinita teleteca de los realities, polígrafos y deluxes a cierta Ana María Aldón diciendo, no sin aprecio, que su marido tenía “los huevos gordos” y “mucha puntería”, no sabemos en qué blanco del Kamasutra. De todas formas, le quitó importancia a esa frase por la que fingen escándalo los hipocritones, pero dejó claro que si sigue con su aún marido es por una única y poderosísima razón: no tiene otro sitio adónde ir.
IRENE CARRASCO Y/O ROCIITO MONTERO.
La ministra de Sexualidad Irene Montero dice en un podcast que vio el programa de Rociito sin saber quién era ella, porque “le habían dicho que era sobre un caso de violencia de género”. Y que es “una de las cosas más importantes en los últimos años” y “muchas mujeres se sintieron identificadas”. No vio nada porque le hablaran del programa, ya que su Ministerio y ella misma participaron desde el primer episodio en el docubodrio. La supuesta “violencia de género” la inventó Telecinco para hacer caja, ya que la Justicia no admitió ninguna de las denuncias de Rociito. Un caso de amnesia selectiva. El montaje se hizo para las elecciones de Madrid a las que ella no quiso ir. Y el papá de sus niños fue aplastado por Ayuso.
LA PACIENCIA DEL REY.
El desfile del 12 de octubre, ya sin mascarillas, permitió ver un centón de modelos sobre los que chismosear en abundancia y sin piedad. Pero sobre los modelos y modelazos –o modelejos, como el tributo al pisto manchego de la ministra portavoz– destacó, una vez más, la paciencia del Rey y de la Reina, que tuvieron que esperar en el coche cinco minutos a que llegara el Patán. No contento con el desaire, se fue de la recepción en Palacio antes que los Reyes, para que nadie olvidase que los mulos dan las coces a pares.