El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
ASÍ SE HA VISTO EN LA CADENA LA SALIDA DEL JEFE
Sin pistas sobre quién le sustituirá, en Fuencarral veían “necesaria” la marcha de Vasile. Critican su preferencia por productoras participadas y la ausencia de grandes formatos, pero reconocen su buen criterio.
QUE SI LAS BAJAS AUDIENCIAS, QUE SI la Operación Deluxe (que el propio Vasile pidió a la policía que pasara a llamarse Operación Luna), que si el caso Carlota Prado... No son estas las razones por las que el aún ceo de Mediaset abandonará el barco “cuando se presenten las cuentas del año, en febrero o en diciembre”, según adelantaba en su programa Ana Rosa Quintana.
Cierto es que esos asuntos no le han ayudado tampoco a atornillarse aún más a la silla del despacho que ocupa desde hace 23 años. Su salida ha sido “planificada desde 2019, pero por la pandemia y pulir otros flecos [entendemos que las condiciones de su renuncia pactada] ha ocurrido tres años después”.
Muchos en Fuencarral esperaban, por tanto, que la marcha del jefe iba a ocurrir tarde o temprano y no precisamente porque esté a punto de cumplir 70. “Está en plena forma, él no hacía sólo de consejero delegado, también dirigía Mediaset. Opinaba, con criterio, sobre los contenidos de los programas, incluso comentaba si le gustaba o no la ropa que llevaba un presentador. Borja Prado seguro que no se meterá en todo cuando Vasile no esté y dejará mandar más a sus directivos”.
No es que esté nadie descorchando champán pero la mayoría de los trabajadores de Mediaset consideraba “necesario” un cambio en la cúpula de esta índole y creen que lo que está pasando en la compañía es fruto de cierta lógica.
“Cuando Mediaset era líder de audiencia, empezaron a reducir costes para maximizar la rentabilidad del negocio. Ante esta circunstancia, se inició un proceso de creación de varias productoras participadas (La Fábrica de la Tele, Bulldog, étc) para encomendarles la mayoría de los programas emitidos por Telecinco, Cuatro, etc. Año tras año, la cuota de programas producidos por esta productoras participadas fue creciendo pero empezaron los problemas. Reducir el abanico de proveedores y darle prioridad a unos desechando otras productoras sólidas del mercado por el hecho de no ser participadas reprodujo una automática limitación de la competencia, lo que generó menor calidad en la oferta de formatos”, sostiene una fuente interna en conversación con LOC.
“Con el tiempo, las productoras que trabajaban para Mediaset no estaban tan estimuladas para sacar adelante grandes formatos como las productoras externas, porque las primeras tenían garantizada la venta, lo que se tradujo en una falta de necesidad de esforzarse para conseguirla”.
Esta situación ha coincidido estos años con la ausencia cada vez más flagrante de grandes formatos internacionales en la parrilla de Mediaset que no pertenecen a ninguna de las productoras participadas (recuerden que Pasapalabra o La Voz se pasaron a Atresmedia), sino a importantes corporaciones internacionales mucho más caras.
“El sistema ha funcionado durante años, redujeron los costes hasta niveles insospechados, pero lo que no supieron ver es que la calidad de la programación iba a degradarse tanto, llegando a estrenarse programas de muy baja calidad que, en una situación normal de mercado, nunca se habrían estrenado en ninguna cadena”.
De momento, los que sí parecen celebrar la marcha de Vasile son los accionistas de Mediaset. Desde que esta trascendió, las acciones han subido un 11,62%. En la actualidad se sitúa en 2,90 euros por título, dejando de caer, algo que llevaban haciendo desde el 15 de marzo de 2022, cuando valían 5,12 euros.
La Bolsa celebra la salida del italiano: las acciones de Mediaset han subido un 11,62% desde la noticia