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ALAIN AFFLELOU SU HIJO, NUEVO CEO: RICO, SOLTERO (Y SIN GAFAS)
Entrevistamos a Anthony Afflelou, nuevo jefe de la popular firma óptica francesa que factura 843 millones, 124 de ellos en España. “El descuento de regalar otras gafas por un euro más compensa”
LA MARCA ALAIN AFFELOU se va a seguir llamando así ad eternum a pesar de que sea ahora otro Affelou, Anthony, quien ejerce de ceo en la compañía. El joven, de 31 años (soltero, guapo, ejem), sucedió a su padre este verano y parece dispuesto a seguir poniéndole gafas a todo el mundo como ha hecho su familia desde hace 50 años. Continuará regalándoles, claro está, otro par de gafas por un euro más, un eslógan que les ha hecho ricos y famosos desde hace 20.
“No me crié sabiendo que iba a trabajar en la empresa, mi padre es de la filosofía que nada está escrito, pero después de formarme mucho en varias cosas, no podía desperdiciar esta oportunidad”, afirma Anthony, quien por cierto no lleva gafas ni lentillas, “pero sí gafas de sol, eh, y siempre de Alain Afflelou”.
Él es el pequeño de los cuatro hijos de una bailarina de ballet clásico y del óptico Alain Afflelou, que a sus taytantos seguirá presente con su sonrisa y sus patillas blancas en las conocidas campañas de publicidad. Además, Anthony también cuenta con la ayuda de dos de sus hermanos, uno encargado de las tiendas y franquicias y otro del producto.
Es peculiar el caso de los Afflelou con respecto a su propio negocio. Con una facturación anual de unos 843 millones (124 de ellos en España), 1.500 puntos de venta en el mundo, 5.000 trabajadores y presencia en 19 países, están recomprando hoy parte del accionariado que vendieron hace años para coger impulso.
Hoy, son socios en un 30% de la compañía (el resto son dos fondos de inversión) y aspiran a recuperar más trocitos del pastel. Es algo que merecen, ya que fueron ellos quienes fundaron la primera óptica en Burdeos, donde se ubica la sede de la empresa, en 1962.
Anthony, que estudió negocios y marketing a diferencia de su padre, que es óptico y también audiólogo, comenzó a trabajar en Afflelou hace 7 años. Escogió una tienda española al azar para empezar desde abajo, conocer mejor el segundo mercado de la compañía y, de paso, aprender otro idioma. “La tienda estaba en Madrid, en la Gran Vía, aunque también iba a la del centro comercial Isla Azul. Yo vivía en la calle María de Molina. Me gustaba mucho ir al Retiro, por la zona de la Plaza de Cibeles y al Madrid viejo a tomar tapas... Me encanta la energía de la ciudad, la gente es muy agradable y sí, los españoles tienen buena salud visual”.
Recordamos con él la conocida campaña Tchin Tchin del 2x1 en gafas, tan imitada después por otras ópticas y que inventaron ellos en 1999, aunque llegó a España en 2003 cuando Afflelou compró las ópticas Carrefour. “El descuento de otras gafas po run euro más compensa siempre en volumen de ventas, por eso lo seguimos haciendo”.
Desde hace tres años no trabajan con Sharon Stone, que también dio mucha popularidad a la firma protagonizando varios anuncios. “Ahora nuestro objetivo es una comunicación más universal. Estamos centrados en la línea Magic, clips (de sol, para pantallas, para conducir) compatibles para todas nuestras gafas. Nuestra estrategia ahora es más joven y moderna”. Magic es resultado de una gran inversión en I+D llevada a cabo tras el confinamiento. El covid y el uso de mascarillas revolucionaron el mercado.
Afflelou es tienda multimarca de gafas pero inciden en la suya propia, que fabrican ellos. También tienen marca de lentillas, pero se la hace otro laboratorio. “Fuimos también los primeros en vender lentillas desechables por un euro al día”, recuerda Anthony.
Estos golpes de efecto tan comerciales son el gran orgullo de la compañía, pero también que “no tienen letra pequeña”. Que en sus ofertas no hay gato encerrado, vaya. Ahí radica su éxito.