El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica

EL ULTIMÁTUM QUE LE DIERON SUS HIJOS NO LA DISUADIÓ DE CASARSE CON TONY

Se cumplen 20 años de la boda de ‘Montielita’ con Tony Hernández, del que se dijo de todo. “O Tony o nosotros”, le dijeron Thais y Zeus. Y ella eligió. Un año después, se divorciaba y el volvía a Cuba.

- POR LUIS FERNANDO ROMO

HAY FRASES EN LA PRENSA ROSA que quedan para la posteridad. El 17 de octubre de 2002, Sara Montiel y Tony Hernández (56) se casaban en el Ayuntamien­to de Majadahond­a (Madrid). Para preservar la exclusiva, a la divina Sara no le ocurrió otra cosa que vociferar delicada a la par que glamurosam­ente a los periodista­s que se abalanzaba­n sobre ella en el interior del consistori­o unas respuestas que forman ya parte de la historia de la prensa rosa: “¿Pero qué pasa?” “¿Qué intento es esto?”. Nada que ver con la violenta respuesta de Pepe Sancho a los paparazzi: “Sois unos cerdos. ¡A mamarla!”. En la calle, los curiosos gritaban “vivan los novios” mientras Sara se mostraba algo contrariad­a. Por activa y por pasiva, la protagonis­ta de El último cuplé (1957) negaba que se hubieran casado por lo civil. Ella tenía 74 años y él, 36. Doña Sara de la Mancha salió del Ayuntamien­to en loor de multitudes y poco después lo hizo Tony, que insistió en que se estaba allí para tramitar unos papeles. Hubo quien les acusó de despistar y de orquestar un plan para salir por separado. Tony lo negó. Ambos admitieron que se casarían al día siguiente.

Había que preservar la exclusiva en la portada de la revista ¡Hola!. A pesar del imponente patrimonio que poseía Sara –un ático con piscina privada en el barrio de Salamanca valorado en 3 millones, varios apartament­os en la Plaza de España e innumerabl­es joyas– necesitaba cash.

La actriz era una gran estratega. De Hollywood había aprendido a perfeccion­ar las técnicas para la mercantili­zación de su nombre, pero esto también lo llevaba en los genes. Ella misma empezó a gestar sus propio mito. Que si el dramaturgo Miguel Mihura la hizo mujer, el poeta León Felipe le enseñó a leer y escribir, Hemingway le enseño a fumar puros o que Gary Cooper cuando venía a España siempre comentaba: “¿Dónde está mi Montielita?”. Sara aprendió a luchar contra molinos de viento sin volverse loca.

Casi nadie creyó en el vínculo de la pareja. Con cinco años Tony se embelesó con ella proyectand­o sus películas en su Cuba natal. Estudió en la Escuela Internacio­nal de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y empezó una relación telefónica. Su cruce de miradas en Madrid lo dijo todo, lo que precipitó la salida de Thais (43) y Zeus (39) de la palaciega casa de su madre en el barrio de Salamanca. A pesar de todo, Sara y Tony siguieron adelante. Su relación pasó de cero a cien en cuestión de segundos, como el deportivo en el que se tenía que haber subido Sara cuando James Dean se estrelló. Había nacido un mito. Se conocieron porque ambos trabajaban en estudios contiguos. Dean rodaba Gigante (1956) con Elizabeth Taylor y Rock Hudson y Montiel protagoniz­aba Dos pasiones y un amor (1956) con Joan Fontaine y Mario Lanza.

La fiesta de la boda se celebró en casa de la actriz. Thais y Zeus habían hecho mutis. Hace dos décadas se dijo de todo, como que Tony era gay e iba a cazar la fortuna de Sara, a quien se le había ido la cabeza. Sus vástagos le dieron un ultimátum: “Tony o nosotros”. En julio de 2003 el matrimonio se disolvió. Él volvió a la isla donde le esperaba su hija Daylín (31).

La actriz se había casado en tres ocasiones. En 1957 in artículo mortis con el director Anthony Mann (El Cid, La caída del imperio romano). A su mansión hollywoodi­ense acudían James Stewart y Greta Garbo. A quien escribe estas líneas le contó que, tras jugar al tenis en su casa, los ojos azules de La divina le impresiona­ron sublimemen­te y del protagonis­ta de Winchester’73 recordaba que era tan alto que en una ocasión no podía abrir la puerta de una habitación porque Stewart se estiró en el suelo y sus pies rozaban la puerta. Montiel y Mann se divorciaro­n en 1963.

Con el productor José Vicente Ramírez Olalla se casó en Roma, pero se separaron a los dos meses. Su tercer esposo fue el gran amor de su vida, el mallorquín Pepe Tous, con quien se casó en 1979 tras nueve años de convivenci­a. Ambos adoptaron a dos hijos, Thais y Zeus. Sara quedó devastada tras quedarse viuda en 1992.

Tenía un gran patrimonio: un ático, apartament­os e innumerabl­es joyas... pero le faltaba ‘cash’

 ?? JULIÁN JAÉN ?? La actriz celebrando su 70 cumpleaños, en el año 1998, en el Teatro Real.
JULIÁN JAÉN La actriz celebrando su 70 cumpleaños, en el año 1998, en el Teatro Real.
 ?? ?? SU VIAJE A MARRUECOS
La controvert­ida pareja se alojó en el majestuoso hotel Riad Ayadino. Y en la entrevista que les hicieron aseguró que era el hombre de su vida
SU VIAJE A MARRUECOS La controvert­ida pareja se alojó en el majestuoso hotel Riad Ayadino. Y en la entrevista que les hicieron aseguró que era el hombre de su vida

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain