El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
LEONOR ESCRIBE SUS DISCURSOS PARA DEFENDER SUS PROPIAS IDEAS
Mientras Leonor de Borbón intervenía por primera vez en los Premios Princesa de Asturias, Barcelona vivía el apocalipsis.
El fuego orquestado por los radicales independentistas, en aquel octubre de 2019, oscureció las palabras de la Princesa, pero la hija mayor de los Reyes salió más que airosa de aquel histórico estreno. Lo que dijo era correcto, previsible, fue bien recibido. Pero los titulares de toda la prensa se los llevaron las calles de Barcelona ardiendo y todo lo que había detrás de aquellas hogueras.
Han pasado tres años, Leonor ha vuelto al escenario del Campoamor y su intervención ha sido la de una joven preocupada por el cambio climático, la degradación del medio ambiente, las guerras. Las mismas reflexiones de la gente que observa lo que nos rodea. Un discurso comprometido, pronunciado con firmeza y convicción, en el fondo y en la forma. La Princesa ya es plenamente consciente del mundo que le toca vivir y el papel que va a desempeñar.
Nos consta que ella intervino, y mucho, en las palabras que pronunció. La propia Letizia lo confirmaba cuando felicitamos a su hija. “Es que hay gente que no se da cuenta de que las preocupaciones de los jóvenes de hoy son esas”, dijo, orgullosa del éxito de la Princesa. Doña Sofía la felicitó con un beso a la salida del teatro.
La Reina Emérita fue recibida una vez más en el Campoamor, con un aplauso interminable, que significa lo que valora la gente su templanza, al encarar todo lo que ha tenido y tiene que sobrellevar, sin un mal gesto. Recordábamos con ella la primera aparición del Príncipe Felipe en Oviedo. “¿Te acuerdas que se paró en la mitad y creímos que no podía seguir?”, nos decía la Reina. “Siempre estoy encantada de venir a este acto y a esta ciudad”.
En 2019, para el estreno de Leonor, asistió toda la familia Ortiz–Rocasolano, incluida la bisabuela Menchu Álvarez del Valle. Telma Ortiz se hizo notar en el teatro Campoamor presentando a su pareja, el abogado Robert Gavin Bonnar. Entró y salió varias veces del patio de butacas, cuando ya estaba todo el mundo sentado, y abrazó en público a su novio.
Este año ha sido su madre, Paloma Rocasolano, quien oficializó su relación con el empresario británico Marcus Brandler, tanto en la ceremonia como en el cóctel privado que reúne a los Reyes, invitados vip y premiados, antes de la recepción multitudinaria en el hotel Reconquista.
Una recepción para 1.000 personas, de la que hay constancia que ninguna de ellas padeció la gastroenteritis de Leonor y Sofía. La Princesa y su hermana saludaron a tanta gente que no tuvieron tiempo de tomar canapés, a los que señalan como culpables. Somos testigos.
Este año estaban en Oviedo muchos invitados importantes. Desde Marta y Cristina Álvarez, de El Corte Inglés, al duque de Alba y Alicia Koplowitz. Después de los cinco años reglamentarios al frente de la Fundación Princesa de Asturias, se despide Luis FernándezVega, que ha tenido que lidiar con momentos tan difíciles como los dos años de pandemia, aunque consiguió que los premios siguieran celebrándose a pesar de enormes dificultades. El Rey le dedicó parte de su discurso, con sinceras palabras de gratitud y admiración.
Sustituye al eminente oftalmólogo asturiano Ana Isabel Fernández Álvarez, catedrática de Economía Financiera y rectora de CUNEF Universidad. Teresa Sanjurjo sigue como directora al frente de la entidad. ¿Vuelve Albert Rivera? Algunas apariciones públicas del antiguo líder de Ciudadanos han desatados los rumores. Luis Díaz, uno de los militantes más antiguos del partido, dijo hace unos días: “No tengo duda de que si Albert volviese, el partido reflotaría”.
Rivera desmiente (de momento) su retorno a la política, aunque confiesa que a veces la echa de menos.
Lo ha dicho en la presentación de Don de gentes (editorial Alienta), con invitados como Lorenzo Caprile. El libro es de Euprepio Padula, asesor de imagen y comunicación de políticos y personajes públicos, como el propio Rivera: “He salido de la madriguera por mi amistad con Euprepio. Él me enseñó el valor de las emociones en el liderazgo, a saber dimitir sin que eso sea el peor día de tu vida y aprender de mis errores… Ese don de gentes aprendido con él me sirve ahora para asesorar a presidentes de compañías”.