El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica

VUELVE AL CAMPO, LOS TOROS Y A LA VIDA SIN POLÍTICA

El hijo de Adolfo Suárez anunció esta semana su adiós a la política. LOC ha contactado con el despacho de abogados del que era socio desde el que aseguran que aún no tiene intención de regresar.

- POR ANA G.ROMERO

AGUJETAS DE COLOR DE ROSA. ASÍ SE podría describir el dolor visual que ocasionaba el atentado arquitectó­nico de la ostentosa mansión de Jayne Mansfield en Sunset Boulevard. Ni Billy Wilder en sus mejores tiempos hubiera vislumbrad­o un escenario sin parangón para la bomba sexual del momento tras la invención de Marilyn Monroe.

El Palacio Rosa de 920 metros “ESTARÉ SIEMPRE DISPUESTO A SEGUIR ayudando, desde el lugar en el que me encuentre, a fomentar la concordia entre los españoles, sin renunciar por ello a mis conviccion­es personales y políticas, lo que incluye seguir apoyando al Partido Popular (…)”.

Es una de las frases que Adolfo Suárez Illana (58) incluye en su carta de despedida de la actividad política, una decisión anunciada esta semana en la que incluye su renuncia al acta de diputado del PP y a la presidenci­a de la Fundación Concordia y Libertad, vinculada a esta formación.

Suárez asegura que es el momento de dedicar su tiempo a su familia y a su actividad profesiona­l en el ámbito privado, “obligacion­es” que había dejado un poco de lado.

Dejó su trabajo en el despacho Ontier, del que era socio, para dedicarse de nuevo a la política, y por el momento no ha trascendid­o a qué se va a dedicar a partir de ahora.

Fuentes consultada­s por LOC aseguran que Suárez no se ha puesto en contacto con el citado despacho, cuya historia comienza en 1959 cuando Ramón Hermosilla Martín fundó su despacho en Madrid. En 1998, Bernardo Gutiérrez de la Roza crea el suyo en Oviedo y en 2000 abre oficina en Madrid. Ambos se fusionan en 2008.

Dos años después, Adolfo Suárez Illana se incorporó para liderar la expansión internacio­nal del despacho, presentado en 2012 bajo la marca Ontier. También hay quien apunta a que a partir de ahora el jurista podría llevar una vida más relajada, dedicando más tiempo a su familia.

En su carta, Suárez afirma también que “gracias a Dios, al esfuerzo de muchos y a la buena gestión del presidente Feijóo, mi partido ha superado, con éxito muy notable, la crisis pasada y se encuentra, al fin, en una situación que augura la victoria en los próximos comicios”. Claro apoyo a Núñez Feijóo.

Hablando de apoyo, el de su mujer, Isabel Flores. Igual que ocurría entre sus padres, Adolfo Suárez González y María Amparo Illana Elórtegui. “Hubiera sido imposible hacer todo lo que hizo mi padre si no hubiera tenido al lado a la mujer que tuvo”, ha declarado en alguna ocasión.

Sigue echando de menos a su padre, fallecido en 2014, y desde niño tuvo claro quién era, con lo que el tipo de vida que llevaban era para él y la familia algo normal. Normalidad que ha vivido también con su mujer y sus dos hijos, Adolfo y Pablo. Isabel y Adolfo se casaron en 1998, entrando así el jurista a formar parte de la familia del ganadero Samuel Flores, su suegro.

Suárez Illana es gran aficionado a la caza y a los toros, tanto que quiso ser torero. Nunca tomó la alternativ­a, pero podría hacerlo, ya que cuenta con el carnet profesiona­l y con los festejos necesarios realizados.

Aficionado a la lectura en general y a la poesía desde que de niño leyó If de Kipling. Incluso escribió un libro que nunca salió a la venta.

La familia Suárez ha pasado por graves problemas de salud a causa del cáncer; falleciero­n su madre y su hermana Mariam. Sonsoles logró superarlo y, más tarde, también lo padeció él mismo.

En todos los malos momentos, Isabel ha estado a su lado, siempre con la discreción que la caracteriz­a, manteniénd­ose en segundo plano pero aportando fuerza y apoyo a su marido. Juntos en lo bueno y en lo malo desde hace más de treinta años. Por eso, cuando falleció su padre, se veía a Isabel cogiéndole la mano. Entonces, él ya sabía que tenía cáncer, pero aguantó las exequias de su padre sin decir nada hasta unos meses más tarde.

El matrimonio, además, es de fuertes creencias religiosas. Una fe católica que nunca han ocultado. De Adolfo Suárez Illana dicen que es humano, buena persona, honrado, religioso, familiar… Y conciliado­r, al igual que su progenitor.

Su padre fue distinguid­o en 2007 con el Toisón de Oro, cuyas insignias y collares deben ser devueltos al Rey tras el fallecimie­nto del titular. Fue S.M. el Rey Don Juan Carlos quien colocó el collar sobre el féretro de Suárez. Poco después, Suárez Illana acudía a Zarzuela a devolverlo.

En una visita de Don Juan Carlos a Suárez, cuando éste ya estaba enfermo con Alzheimer, su hijo hizo una foto inolvidabl­e: ‘La foto del Toisón’, por la que recibió en 2009 el premio Ortega y Gasset a la mejor informació­n gráfica. Que quedará para la Historia en el recuerdo de todos.

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EFE Adolfo Suárez Illana emocionado en el momento de anunciar su adiós a la política.

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