El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
UN FUTBOLISTA CLÁSICO, CON FLEQUILLO Y SIN
El 5 de julio de 2018 el Real Madrid hizo oficial el fichaje de Álvaro Odriozola. El club pagó 35 millones de euros por el donostiarra que, a los 22 años, cumplía uno de sus sueños como futbolista. Aterrizaba en Madrid para competir con Dani Carvajal, el lateral derecho, y era la apuesta de Julen Lopetegui, que había coincidido con el donostiarra durante su paso por la selección. A Odriozola le acompañó toda su familia en la presentación como madridista. No faltaron su madre, Amaya, ni su abuela, a la que adora. Tampoco su hermano Pablo, dos años mayor que él, al que está muy unido y con quien comparte su afición por los caballos desde niño. Odriozola no es un futbolista típico, ni por su aspecto clásico, sin tatuajes y con un tupido flequillo que es marca de la casa, ni por darse demasiada importancia.
En una entrevista al diario As dejó claro qué piensa de su profesión: “Sólo somos futbolistas y lo único que hacemos mejor que el resto de gente es pegarle patadas a un balón”. Las expectativas no se cumplieron y marchó cedido primero al Bayern y luego a la Fiorentina. Ahora parece condenado a abandonar el club blanco durante el próximo mercado invernal.