El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
IVANKA TRUMP JARED KUSHNER APARTADOS DE TRUMP Y DEDICADOS A HACER DINERO
Era un final anunciado desde que el marido de la otrora hija predilecta del candidato republicano declaró que se había creído que le habían robado las elecciones. Viven en su casa de 30 millones.
EL PASO DE DONALD Trump por la Casa Blanca dejó un ambiente enrarecido entre varios miembros de su familia. Su hija Ivanka, que ejerció de asesora en su Administración durante cuatro años, decidió acompañar a su padre hasta las inmediaciones del Capitolio aquel fatídico 6 de enero de 2021 por si le daba por hacer alguna locura, según fuentes cercanas citadas por The New York Times, como finalmente terminó sucediendo. Y su marido y también ex asesor de Trump, Jared Kushner, reconoció ante un gran jurado que investigaba lo sucedido ese día, que su suegro estaba convencido de su mentira más pública y notoria: que le habían robado las elecciones de 2020, un gesto que no le debió hacer mucha gracia al ex mandatario.
Ahora, ninguno de los dos parece interesado en formar parte de un futuro equipo de gobierno
si Trump es reelegido el próximo mes de noviembre. No han roto relaciones pero se mantienen alejados. Su actual desinterés por la política es evidente.
Cristalino lo dejó Kushner hace unas semanas en una entrevista con Axios. “He sido muy claro que el deseo en esta fase de mi vida es enfocarme en mi firma”, en referencia a su firma de inversiones, Affinity Partners. Dice que ha disfrutado de la oportunidad de estar lejos de las cámaras y la luz de los focos durante todo este tiempo. “Tanto mi mujer como yo trabajamos en la Casa Blanca, que es un trabajo de alto riesgo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y por eso ambos disfrutamos mucho de la oportunidad de estar aquí en Florida con los niños”.
Ivanka, de 42 años y madre de tres hijos, hizo lo propio poco después de que su padre anunciara que se volvía a presentar a las primarias del Partido Republicano. Explica que quiere mucho a su padre y le apoya, pero sin planes de estar “involucrada en política”. Quiere pasar más tiempo con su familia. “Me encanta la vida en Miami y la libertad y privacidad de haber regresado al sector privado. Éste ha sido uno de los mejores momentos de mi vida”.
Más allá de la postura de los Kushner, la inclusión del “yernísimo” en el presunto equipo de gobierno del republicano podría suponer un problema de conflicto de intereses para el nuevo presidente.
El fondo que maneja ya ha alcanzado los 3.000 millones de dólares y está formado, casi en su totalidad, por inversores con los que trabajó en su etapa en la Casa Blanca, todos ellos extranjeros. Kushner ha recibido dinero de los gobiernos de Emiratos Arabes Unidos, Qatar y Arabia Saudí, y tiene intereses financieros en Israel, Alemania y California.
Tiene planeado, además, un complejo de apartamentos y hoteles de lujo en Serbia y otros desarrollos inmobiliarios similares en la costa mediterránea de Albania, operaciones que ha podido cerrar gracias a sus contactos con el presidente serbio y el primer ministro albanés, a los que conoció durante su época en el gobierno de EEUU.
Están, además, los puntos de fricción de Ivanka que salieron a la luz durante los cuatro años de mandato, incluso desde el principio. Su hija sostenía que era importante abrir las puertas a más refugiados
Tuvo que salir al paso de lo que dijo Trump de “agarrar a las mujeres”
sirios durante la guerra en ese país, en plena campaña de su padre por denegar la entrada a los ciudadanos de un puñado de países de mayoría musulmana, una polémica decisión que acabaron bloqueando los tribunales.
Y EL TRATO A LAS MUJERES
Tuvo que salir también al paso de los comentarios de su progenitor sobre su forma de tratar a las mujeres y cómo se sentía con poder de agarrarles por sus partes íntimas cuando le venía en gana, incluso sin apenas conocerlas. Suficientes argumentos para entender la decisión de Ivanka Trump y su marido de alejarse del ojo público.
No es de extrañar que ella prefiera una vida acomodada, lejos de la esfera política, en su mansión de 30 millones de dólares dentro del llamado “búnker de billonarios” de Miami, dedicada a sus hijos y a las inversiones en el sector privado, además de recuperar parte del terreno perdido en el aspecto social, borrados de ocasiones importantes como la Gala del Metropolitan o del festival de cine de Tribeca tras la salida de su padre de la Casa Blanca. Es una losa que aún les pesa.