La Razón (1ª Edición)

Fallece Paulo Gonçalves tras una dura caída

El portugués, segundo en 2015 y de los pocos que ha corrido en África, Suramérica y Arabia, murió tras una dura caída

- JOSÉ MANUEL MARTÍN

LaLa dureza del Dakar no perdona ni entiende nombres. Otras veces se ha llevado la vida de uno de esos anónimos que se lanzan con lo puesto a la aventura, pero ayer, en la séptima etapa de la primera edición en Arabia, el que falleció fue un histórico, un clásico de las dos ruedas sobre la arena: Paulo Gonçalves. Un aventurero que estaba completand­o su edición número trece y que era de los pocos en activo que han dado gas en los desiertos de África, más tarde en Suramérica y ahora en Oriente. La alarma saltó al paso por el kilómetro 276 del tramo cronometra­do. Un aviso de caída que hizo que el helicópter­o aterrizara allí pocos minutos después. Junto a la moto, las primeras maniobras de reanimació­n y un traslado de urgencia al hospital de Layla, donde los médicos sólo pudieron confirmar el peor de los pronóstico­s.

A los 40 años, se despedía para siempre del Dakar «Speedy», un apodo perfecto que combinaba su velocidad sobre la moto con su apellido, Gonçalves. Su experienci­a no evitó el golpe fatal, que según iban entrando en meta traumatiza­ba a sus rivales y compañeros. «Aún no puedo creer que esto haya pasado. No se ni qué decir. Me cuidaste durante todos estos años como un hermano. Recuerdo la inmensidad de horas que pasábamos solos en el desierto, cuidándono­s a 100 metros el uno del otro, permanecer­án siempre en mi alma», escribía en Twitter Joan Barreda, la mejor baza española en motos. «La peor etapa de mi vida, Paulo era un auténtico dakariano», resumía Laia Sanz, que como el resto de compañeros de dos y cuatro ruedas (motos y quads) no completara­n hoy la octava etapa.

La organizaci­ón decidió «respetar el dolor y el recogimien­to de los pilotos que acaban de perder a un amigo» y canceló la competició­n prevista para esta mañana. Y es que Paulo Gonçalves era muy querido por la mayoría y todo un clásico en la caravana. Cuatro veces había terminado dentro de los diez primeros, una de ellas en la edición de 2015, cuando quedó segundo y sólo pudo superarlo Marc Coma, ganador de aquella edición y ahora copiloto de Fernando Alonso.

La de Gonçalves es la primera muerte en el Dakar en los últimos cinco años. El último nombre de una larga lista que arrancó en 1979 con la muerte de Patrick Dodin tras salirse de la pista en Agadés (Níger). Desde 2015, cuando el polaco Michal Hernik falleció durante la tercera etapa entre San Juan y Chilecito, no se había vuelto a vestir de luto el Dakar hasta ayer.

Dicen que es la prueba de motor más dura del mundo y de vez en cuando, el propio espíritu del raid se encarga de recordarlo llevándose a alguno de los participan­tes. «La media de velocidad ha sido demasiado rápida para mi gusto. Mando un abrazo fuerte a toda la familia de Paulo», explicaba Carlos Sainz. El triunfo en motos fue para Kevin Benavides, después de compensarl­e la organizaci­ón el tiempo que perdió en el infructuos­o auxilio a Gonçalves.

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FOTOS: EFE
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La caravana del Dakar perdió a uno de sus pilotos más queridos
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