El gran contrapeso a Podemos
Vicepresidenta de Economía
La mano derecha del presidente del Gobierno es economista, europeísta, amante de la negociación y mujer. Se llama Nadia Calviño y asumirá una de las vicepresidencias del Gobierno, la de Economía, la que más peso tendrá en un Ejecutivo con clara propensión al exceso. Sus cualidades para trabajar en la trastienda deberán bastarle para desenvolverse en unos bastidores repletos de trampillas escondidas. Y su capacidad decisoria será fundamental en una legislatura en la que deberá contener con puño de hierro un gasto público que pueda ser asumible por las arcas del Estado y evitar que sus socios morados conviertan bagatelas en medidas primordiales para el desarrollo económico.
A Calviño le avalaron sus años como alto cargo de la Comisión Europea, donde ganó credibilidad y confianza para alcanzar la dirección del Ministerio de Economía de la mano de su valedor, Pedro Sánchez. Ahora, eleva un peldaño su aquiescencia sobre la economía nacional y asumirá una vicepresidencia que servirá de paraguas a un puñado de ministerios, ministerios, que no darán un paso sin su supervisión. Al menos esta es la teoría sobre el papel. La realidad puede ser otra, con varias carteras en manos moradas.
Como buena tecnócrata, si no le salen las cuentas –y Sánchez no lo fuerza– cortará las alas a su socio de Gobierno. Pero no siempre ha querido Calviño ver los nubarrones que vienen. El Banco de España, el FMI, el BCE, incluso la Airef... y finalmente la Comisión Europea han advertido de una ralentización económica que ha ignorado, o al menos ha desvirtuado. Recogió velas en su previsión de crecimiento del PIB y no cumplió con las expectativas respecto al déficit. De ella depende que durante la legislatura que echa a andar no entierre en el agujero de la deuda y el parón económico la verosimilitud de su discurso.