Un alma verde antitaurina y contra la caza
Ministra Transición Ecológica
Es la negociadora climática. Teresa Ribera cuenta con la máxima confianza del presidente Sánchez, de hecho trabaja para él desde el 2008 desde la secretaria de Estado de Medio Ambiente y Cambio Climático.
Sánchez llegó de rebote al Congreso cuando Cristina Narbona fue nombrada miembro del Consejo de Seguridad Nuclear. Entonces, el actual presidente tuvo que reemplazarla tanto en su escaño como en la comisión del Cambio Climático y fue, precisamente Ribera quien le instruyó sobre la materia y de ahí surgió el aprecio mutuo.
Perfeccionista, con una gran capacidad de trabajo y exigente con ella misma y con su equipo. Su nombramiento simboliza el simboliza la prioridad de las políticas para afrontar la emergencia climática y el cambio de modelo energético.
Fue elegida en 2018 para dirigir el ministerio de nueva creación que agrupa medio ambiente, cambio climático y energía. La ministra logró una mayor rele
vancia tras la celebración de la Cumbre contra el Cambio climático, donde organizó contra reloj la COP25, lo que significó para su carrera un gran impulso.
Le plantó batalla al diésel aunque tiene dos coches con distintivo B y que son diésel, pero cuando le preguntaron por ello dijo que usa poco el coche. Si de ella dependiera prohibiría las corridas de toros y la caza, pero reconoce que no tiene competencias para ello.
Funcionaria del Cuerpo Superior de Administraciones del Estado hasta 2012 cuando pidió la excedencia, y profesora universitaria en la Autónoma de Madrid, está casada con el argentino Mariano Bacigalupo, consejero de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y tienen dos hijas.