Un camaleón de la Justicia en el Gobierno

Ministro de Justicia

Juan Carlos Campos nuevo ministro de Justicia, magistrado y político, o político y magistrado, que quizás el orden sea más correcto. Nacido en la localidad sevillana de Osuna, se siente gaditano de corazón y allí tiene su vida cuando la política le deja hueco. Ingesó en la carrera judicial muy joven, después de aprobar las oposiciones, pero al poco tiempo descubrió, cuando apenas llevaba diez años en la Carrera Judicial que su verdadera vocación era la política. Y ahí supo ganar espacio dentro del PSOE de Andalucía y la confianza de sus líderes. En 1997 daba sus primeros pasos en el Gobierno andaluz, donde ocupó la dirección general de Relaciones con la Administración de Justicia de la Junta de Andalucía desde 1997 a 2001. Ese año cambió de despacho y se trasladó a Madrid, donde, a propuesta del PSOE, fue nombrado vocal del CGPJ.

Cuando en 2008, con dos años de retraso, se renovó el CGPJ volvió a ponerse la toga en una de las secciones de la Audiencia Provincial de Cádiz, pero los hechos demuestran que su auténtica «profesión» «profesión» era política. Poco meses después, en 2009, se incorporó como número 2 de Justicia cuando Francisco Caamaño fue nombrado titular de ese Departamento. En 2015 accede por vez primera al Congreso. Se lanzaba de lleno a la arena política. Una de sus intervenciones más polémicas fue cuando defendió la posición de su partido en contra de la Prisión Permanente con una frase que levantó la indignación de no pocos sectores: «Sin prisión permanente derrotamos a ETA, con Prisión Permanente Revisable hemos tenido la muerte de Gabriel», en referencia al pequeño Gabriel. Siempre vinculado al «sector susanista» del PSOE, ha sido capaz de acomodarse a los «nuevos tiempos» del PSOE y colocarse en una situación de primera fila.

Vinculado al «sector susanista», ha sido capaz de acomodarse a los nuevos tiempos»