De «Pepito Grillo» a ministro
José Luis Escrivá (Albacete, 1960) le ofrecía tres ventajas a Pedro Sánchez para elegirle como ministro de Seguridad Social: Defiende que las pensionessonviables,avalóenoctubre pasado el Plan Presupuestario del Gobierno anterior y, al mismo tiempo, tranquiliza tanto a Bruselas como sin duda incomoda a Pablo Iglesias y a su ya compañera la podemita ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Sí, además, como presidente de la Airef, había puesto de los nervios a Cristóbal Montoro y había sido más complaciente con Calviño y Montero,latentación que se le presentaba a Sánchez era irresistible.
Ahora, en el PP no salen de su asombro, se sienten semitraicionados y algunos recuerdan –que lo advirtieron en su momento– con sarcasmo el ojo que tuvo Álvaro Nadal, entonces jefe de la oficina económica de la Moncloa, que fue quien dio el nombre de Escrivá para colocarlo al frente de la AIREF. El nuevo ministro de SS, en los últimos años, ha desgranado una serie de recetas sobre el futuro de las pensiones, entre las que destacan: aumentar la edad efectiva de jubilación, elevar el periodo para calcular las pensiones, pagar los gastos del sistema y las pensiones no contributivas con cargo a los Presupuestos y buscar una alternativa al llamado «factor de sostenibilidad», introducido por Rajoy y congelado por Sánchez, porque si no habrá problemas de sostenibilidad a mediados de la próxima década. Ahora, la duda, que pronto se resolverá, es si como miembro del Gobierno mantiene esos mismos criterios o los archiva en el desván del olvido, porque quizá no sea tan fácil pasar de «Pepito Grillo» a ministro.
En el PP se sienten traicionados y recuerdan el ojo de Nadal, que dio su nombre