La Razón (1ª Edición)

Putin se erige como el mediador de Libia

El general Haftar retrasa el alto el fuego en el país

- Andrew Osborn -

Después de ocho horas de conversaci­ones en Moscú, Rusia y Turquía, países mediadores en el conflicto libio, instaron a los líderes enfrentado­s a firmar una tregua vinculante para poner fin a una guerra de nueve meses y allanar el camino para un acuerdo que estabiliza­ría el país.

Fayez al Serraj, quien dirige el Gobierno de Libia con sede en Trípoli y que es reconocido por la comunidad internacio­nal, firmó el acuerdo de alto el fuego, según afirmó el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov. Pero su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, dijo que Khalifa Haftar, comandante de la facción del Ejército Nacional de Libia, pidió más tiempo antes de aceptar un alto el fuego.

«Hoy podemos informar que se hicieron algunos progresos», dijo el ministro Lavrov a los periodista­s en la elegante mansión del siglo XIX en Moscú donde se llevaron a cabo las conversaci­ones. Cavusoglu señaló que Haftar no decidirá hasta hoy.

El impulso ruso-turco supone el último intento de acabar con el caos que ha envuelto al país productor de petróleo desde que Muamar Gadafi fuera derrocado en

2011. La agencia de noticias TASS de Rusia informó que Serraj se había negado a entablar conversaci­ones directas con Haftar, obligando a los diplomátic­os rusos y turcos a actuar como intermedia­rios.

Los dos líderes se reunieron por última vez en Abu Dabi en febrero del año pasado antes de que se rompieran las conversaci­ones sobre un acuerdo para compartir el poder y Haftar trasladara sus tropas a Trípoli en abril, ampliando su control más allá del este y el sur.

El presidente turco, Tayyip Erdogan, afirmó que esperaba que las conversaci­ones de Moscú formaran la base de las discusione­s en una cumbre en Berlín este domingo, a la que asistirán el primer ministro italiano, Giuspepe Conte, y el presidente ruso, Vladimir Putin.

Turquía respalda al rival de Haftar, Serraj, mientras que los contratist­as militares rusos se han desplegado junto con las fuerzas de LNA de Haftar, que también están respaldada­s por Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Jordania.

La guerra de Trípoli ha destruido la economía del país y corre el riesgo de interrumpi­r la producción de petróleo y provocar flujos de migrantes africanos que intentan llegar a Europa en barcos con la ayuda de contraband­istas que explotan el caos.

Las conversaci­ones de Moscú se produjeron después de un alto el fuego iniciado por Turquía y Rusia, que se rompió con intensos combates y ataques aéreos el domingo, aunque ambas facciones se acusaron mutuamente de violar esa tregua mientras las escaramuza­s continuaba­n alrededor de Trípoli. Las tropas de Haftar no han podido romper las defensas de Trípoli, pero en las últimas semanas han logrado pequeños avances con la ayuda de mercenario­s rusos, según los residentes. Eso ha empujado a Turquía, que tiene intereses comerciale­s en el país, a desplegar soldados en Libia para ayudar al Gobierno de Trípoli. (Reuters)

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EFE El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, saluda al general Haftar, ayer en Moscú

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