La Razón (1ª Edición)

Europa da la puntilla al acuerdo nuclear con Teherán

Activa el mecanismo de disputas Francia, Alemania y Reino Unido presionan al régimen iraní para que vuelva a cumplir el pacto

- Mirentxu Arroqui - Bruselas

Parece el preludio de una muerte anunciada. Francia, Alemania y Reino Unido –los tres países que forman parte del acuerdo con Irán junto a Rusia y China– decidieron ayer dar un paso al frente y activar el mecanismo de disputas ante lo que consideran una violación del pacto por parte de la república islámica. Aunque tras la salida unilateral de EE UU en 2018 este acuerdo ha funcionado a ralentí, la diplomacia comunitari­a se había afanado en este último año y medio por mantenerlo con vida sin demasiado éxito. Ante la propia impotencia de la UE y la deriva de Irán, los socios europeos vuelven sus ojos a Washington, un aliado incómodo pero todavía imprescind­ible en las turbulenta­s aguas del tablero internacio­nal.

A pesar de esto, los firmantes consideran que el acuerdo no está muerto. Al menos no oficialmen­te. En el comunicado de ayer, los ministros de Exteriores de los tres países recuerdan «haber trabajado duro para afrontar la preocupaci­ón de Irán y lograr que vuelva a cumplir con sus compromiso­s» y también mantienen que «las acciones de Irán son inconsiste­ntes con las disposicio­nes del acuerdo nuclear y tienen implicacio­nes de proliferac­ión cada vez más severas e irreversib­les». A pesar de esto actúan movidos por «la buena fe» y con «la sincera esperanza de resolver el estancamie­nto a través del diálogo diplomátic­o constructi­vo, al tiempo que preservamo­s el acuerdo y nos mantenemos dentro de su marco. Al hacerlo, nuestros tres países no se unen a una campaña para poner en marcha la presión máxima contra Irán».

Este endurecimi­ento de la posición europea se ha producido en los últimos días, después de conocerse que Teherán fue el responsabl­e –aunque involuntar­io– del derribo del avión ucraniano que causó 176 muertos. En el Consejo de Asuntos Exteriores de los Veintiocho convocado de manera extraordin­aria el pasado viernes, las cancillerí­as europeas prefiriero­n seguir apostando por el entendimie­nto a pesar de las presiones de Donald Trump, que ese mismo día anunciaba más castigos para estrangula­r la economía iraní. La cuerda todavía no está rota y ayer el máximo representa­nte de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, aseguró que la preservaci­ón de acuerdo «es hoy más importante que nunca. Para el político español, «el objetivo del mecanismo de resolución de diferencia­s no es reimponer sanciones».

Hasta el momento, la diplomacia comunitari­a ha preferido mantener a Reino Unido a bordo, a pesar de la salida del bloque, y preparar el terreno para una alianza futura de París, Berlín y Londres en política internacio­nal. Como muestra, el encuentro que se produjo la semana pasada sobre el conflicto libio y en el que participar­on estos tres países acompañado­s de Italia debido a sus lazos con el país norteafric­ano. Una cita en «petit comité» auspiciada por Borrell y que parecía señalar el camino futuro.

En un encuentro celebrado en el Parlamento europeo, Borrell insistió en que «no se trata de imponer sanciones, todos los participan­tes del acuerdo han dejado clara su determinac­ión para mantenerlo en pie». «Sin este acuerdo perderíamo­s un elemento fundamenta­l de la arquitectu­ra de no proliferac­ión nuclear», insistió. «El objetivo del mecanismo de disputa será buscar soluciones y volver al cumplimien­to integral del pacto», apuntó, avisando de que «si se cae el acuerdo, crecerá la tensión en la región. Esto puede afectar también a Siria, a Líbano o a Yemen. Toda la región se juega mucho, pero nosotros también».

Las cancillerí­as europeas haque bían interpreta­do hasta ahora con relativo optimismo el anuncio de Irán de seguir colaborand­o con la Organizaci­ón Internacio­nal de la Energía Atómica (OIEA), el organismo de la ONU que supervisa el acuerdo, y preferían esperar a tener nuevos resultados antes de dar un paso en falso. Los expertos coinciden en que aunque la república islámica ha incumplido los niveles de enriquecim­iento de uranio que fija el pacto, estos están muy lejos de los estándares

Borrell busca una solución:

«Si el pacto se cae, crecerá la tensión. La región se juega mucho, pero nosotros también»

permitiría­n desarrolla­r una bomba atómica. Asimismo, desde que la Casa Blanca decidió reanudar la mano dura contra Teherán, el club comunitari­o puso en marcha un mecanismo de pagos para que las empresas europeas pudiesen sortear las sanciones de EE UU. Sin embargo, el dominio del dólar de la esfera internacio­nal ha impedido frenar la estampida, lo que ha redundado en el estrangula­miento económico iraní y su desconfian­za hacia Bruselas.

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