Tras el puente aéreo, Colau quiere reducir cruceros
La ofensiva del gobierno municipal de Ada Colau contra los organismos, a su juicio, más contaminantes no cesa. Tras el el puente aéreo, ahora les toca el turno a los cruceros del puerto. Y, para dar ejemplo, sus concejales, además, dejarán de utilizar el avión para desplazarse a distancias inferiores a 1.000 kilómetros siempre que tengan alternativas ferroviarias inferiores a siete horas. «Entre un vuelo que contamina y un tren que no, escogeremos la segunda opción», señaló la teniente de alcalde de Ecología, Janet Sanz. La medida afectará también a los trabajadores municipales para vuelos en la península ibérica e incluso a París.
«Queremos abrir un debate y queremos predicar con el ejemplo», añadió Sanz, quien matizado que la propuesta se llevará a cabo siempre que no haya una urgencia justificada. El compromiso, en vigor desde hoy mismo, cuando se declare la emergencia climática, va en consonancia con la propuesta de reducir vuelos en trayectos cortos, como el puente aéreo, para frenar las emisiones contaminantes. El gobierno municipal cree que si se eliminan los vuelos peninsulares (6,4 millones de pasajeros) se podrían reducir 524.394 toneladas de CO2 anuales.
En el caso de Barcelona, el global de la actividad vinculada a puerto y aeropuerto genera un total de 12,9 toneladas anuales de CO2, cuatro veces las emisiones totales de CO2 emitidas por la propia ciudadexplicó. Respecto a los contaminantes en el aire, el puerto es responsable del 7,6% de los óxidos de nitrógeno (NOX) y de entre el 9 y el 12% de las partículas en suspensión (PM) que se respiran en la ciudad.
Por todo ello, las peticiones del Ayuntamiento, al margen de los vuelos cortos, pasan por eliminar las exenciones al queroseno, avanzar en la electrificación de las dos infraestructuras e impulsar la generación de renovables.