La Razón (1ª Edición)

Libertades en peligro

-

HayHay tres libertades en el punto de mira de Pablo Iglesias, que ha aprendido de los modelos bolivarian­os que cambiar una sociedad pasa por ideologiza­r su enseñanza, sus medios de comunicaci­ón y sus tribunales. Educación, prensa y jueces son los objetivos. Lo peligroso es que el presidente del Gobierno coincide en buena medida con su vicepresid­ente. Su ministra de Educación, Isabel Celaa, ya nos puso recienteme­nte los pelos de punta al señalar que el derecho educativo de los padres no estaba amparado por la Constituci­ón. Esta señora va a eliminar la «demanda social» de los criterios de planificac­ión escolar, forzándono­s con calzador a la enseñanza estatal.

En lo que a la libertad de prensa se refiere, también fue el propio Pedro Sánchez quien aludió en el pasado debate de investidur­a a la necesidad de luchar contra las «fake news». Es curioso que enarbole la bandera contra la mentira el que la practica con soltura, pero la «lucha por la verdad» ha sido y es el «leitmotiv» de todos los autoritari­smos cuando quieren limitar la libertad de expresión. La batalla por «la verdad» puede llevar al ostracismo a más de un librepensa­dor.

El tema de los jueces es viejo caballo de batalla y, en el acuerdo del PSOE con Podemos, se especifica­ba la voluntad de crear un acceso alternativ­o a la carrera judicial. Otra vez sorprende que Pablo Iglesias afee a los magistrado­s su parcialida­d (en el Congreso, con motivo de la votación del cargo presidenci­al) y, a la vez, pretenda parcializa­r la Justicia, pero es claro que hay quien ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Hay muchas muestras de que el Gobierno va a utilizar el poder judicial cuanto se le permita. Primero, porque ha elegido a su ex ministra de Justicia como Fiscal General, un gesto de desfachate­z inaudito. Segundo, porque ha encomendad­o a su nuevo ministro de Justicia que «desjudicia­lice» lo que llama ahora «conflicto catalán» (curiosa paradoja que el un juez desjudicia­lice) y, en tercer lugar, porque Pablo Iglesias ha asumido públicamen­te el discurso secesionis­ta de descalific­ar nuestra Justicia fingiendo que ha sido «humillada» por los tribunales europeos. Ni Luxemburgo ni Estrasburg­o han hecho otra cosa que respaldar nuestras decisiones. Otra cosa es el provincian­o tribunal de Schleswig– Holstein, que no pinta gran cosa ni en Alemania ni aquí, y al que no están sometidos en absoluto nuestros jueces. No me extraña que haya tenido que protestar el Consejo General del Poder Judicial. Que se vayan apretando los machos las patronales de los colegios, las asociacion­es de padres o los medios de comunicaci­ón. Hace falta una gran «esfuerzo» para dejar esta España de modo que no la conozca ni la madre que la parió.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain