CAMARERO, UN CAFÉ PARA COSSÍO
ConCon un libro titulado «Historia de una taberna», casi con cincuenta años, debutó Antonio Díaz-cañabate (1897-1980), crítico taurino, reseñista de obras teatrales y cronista radiofónico durante décadas. Ejemplo de su pasión por Madrid es esta otra historia de 1952, la de la tertulia del café Lion d’or, en la calle Alcalá, liderada por José María de Cossío. Nos la presenta Marino Gómez Santos, autor asimismo de un libro en torno a otra famosa tertulia madrileña: «Crónica del café Gijón», y los vivió aquellos encuentros en que lo mejor del ambiente intelectual y artístico pasaba por las mesas de ese café que se abrió en 1898 como cervecería y cerró sus puertas en 1962; todo después de ver cómo entraban allí los miembros de las generaciones del 98 y del 27 y de servir para todo tipo de conversaciones, como relata Díaz-cañabate, protagonizadas por figuras como Pla, D’ors o Camba.
El autor empieza hablando de cómo conoció a Cossío, en un año, 1938, en el que «vivir en Madrid era un milagro», entró a trabajar en Espasa Calpe para escribir sobre la Fiesta Nacional y nació una tertulia en un local llamado Kutz, la cual fue agrandándose en visitantes de todo pelaje hasta que fue necesario buscar otro lugar. Tal fue un saloncito del café Lion d’or, donde se constituyó «la tertulia más interesante del Madrid de la posguerra. Y este libro es su historia», empezada a redactar en 1940, a modo de diario, «en su mayor parte escrito en las madrugadas, al salir del café, caliente aún el recuerdo de lo oído, pero transcrito sin tomar nota». Díaz-cañabate se veía como un contertulio, no como un taquígrafo ni escritor, y sin embargo realizó un excelente retrato social y humano mediante un conjunto de voces que cobran vida llenas de pequeñas historias deliciosas de leer surgidas del «café, en donde estábamos como en nuestra casa».