EL REGRESO DE LA HIJA PRÓDIGA
Trama,Trama, argumento, escenario, personajes y una prosa correcta. «Algo en lo que creer», la nueva obra del escritor estadounidense Nickolas Butler, tiene todo lo que debe tener una novela del «maistream» literario actual. Eso, más un tema de actualidad, algo que permita leer cuestiones del presente que merezcan ser narradas como, en este caso, los límites entre la creencia y la evidencia, entre lo espiritual y lo religioso, entre el fanatismo y la familia, y hacerlo, además, con una destreza que muestra su madurez como escritor.
Tercera novela de este autor nacido en Pensilvania en 1979 (pero que vivió buena parte de su vida en Wisconsin), en «Algo en lo que creer» Butler presenta un argumento posible: qué puede ocurrir en el seno de una familia y de una comunidad cuando uno de sus miembros se convierte en un ciego fanático religioso. A partir de ese argumento, Butler despliega una trama silenciosa pero eficaz alrededor del protagonisya, Lyle Hovde, un honorable padre que vive en la zona rural del medio oeste con su esposa, Peg, y su hija Shiloh, quien después de haberse ido de la casa en medio de una adolescencia tormentosa, regresó al hogar como madre soltera de Isaac, un niño de seis años al que sus abuelos adoran.
Pero Shiloh (a la que Lyle y Peg adoptaron cuando tenía tres años) ha crecido y ya no es la misma de antes. Mientras estuvo lejos de sus padres, formó parte de una iglesia liderada por un pastor delirante que no deja de perseguirla, convencido de que Isaac tiene un poder: el de sanar a los enfermos. Y Lyle, que está orgullosamente feliz de haber reunido después de muchos años a su familia, no dejará que el pastor y sus creencias se entrometan en su vida ni en la de su hija ni en la de, mucho menos, su nieto, aunque el cuestionamiento de su propia fe hará que sus decisiones se demoren a cada instante porque, en el fondo, siempre habrá algo en lo que creer.
Vida en comunidad
Nickolas Butler (que fue alumno del Taller de Escritores de la Universidad de Iowa), más allá de haber escrito un libro con todos los ingredientes necesarios que debe tener una novela actual (una trama bien construida, personajes verosímiles, un escenario reconocible, un estilo ágil, un argumento creíble), plantea, sin embargo, preguntas muy profundas que tienen que ver con la existencia misma, con los vínculos familiares, con la vida en comunidad y, alrededor de ello, con las creencias que todo lo sostienen aunque, quizá, no haya nada en lo que creer.