La Razón (1ª Edición)

El día que Setién entrenó a Guinea

Solo duró un partido como selecciona­dor ecuatoguin­eano Una derrota contra Camerún (3-0) y vuelta a casa

- DOMINGO GARCÍA‐

EnEn el currículum de Quique Setién figura un partido como selecciona­dor de Guinea, una aventura tan extraña como breve. Sólo duró un partido, una derrota en Camerún por 3-0 antes de regresar a casa. El actual entrenador del Barcelona llegó arrastrado por la corriente que «españolizó» el fútbol guineano a partir de 2003 con la convocator­ia de hijos de ecuatoguin­eanos formados en España. En 2006 ya se habían sumado futbolista­s de mayor nivel, como Benjamín y su hermano Iván Zarandona.

Las condicione­s estaban muy lejos de ser las habituales en el fútbol español. «Hasta el año 2003 Guinea Ecuatorial era una selección muy floja, la liga local no estaba bien organizada, no había jugadores de nivel, no había infraestru­cturas. El petróleo no empieza a dar dinero hasta finales del siglo XX y la Federación no tenía un lugar para que la selección estuviera concentrad­a, no había campos para entrenar como hay ahora, no sabías dónde ibas a dormir, había muchas dificultad­es organizati­vas», explica Alberto Edjogo-owono. El ahora comentaris­ta de Gol y del libro «Indomable», en el que reúne varios relatos sobre el fútbol africano, fue uno de los jugadores que estuvieron concentrad­os con Setién en aquellos días de octubre de 2006.

«Estuvimos cuatro o cinco días entrenando con el primer equipo y antes de viajar a Camerún se decidió que los sub’23, que podíamos jugar con la selección olímpica, tenía más sentido que fuéramos a jugar contra Sudán para intentar remontar un resultado adverso que acabamos remontando», recuerda. «Había un cacao enorme. Ibas a jugar con la selección y acababas jugando con la sub’23. Era un lío tremendo», confirma Jacinto Elá.

«Jugar contra Camerún era ir a perder siempre. Si no era la mejor, era una de las mejores seleccione­s de África», añade Owono. Era la selección de Eto’o y de Mboma, aunque no jugaron aquel partido. Sí participar­on Kameni, Song, Geremi o el ex delantero de Osasuna Pierre Webó. «Entrenar a una selección africana no es sencillo. No sé exactament­e cuáles fueron los motivos de que rescindier­a. Ese pequeño periodo de tiempo hubo cosas que no le convencier­on», afirma Alberto.

Entonces ya se veía su gusto por el buen trato a la pelota. «Estuvo poco tiempo y cuando uno es selecciona­dor tiene menos margen, pero daba mucha importanci­a al balón. A través del balón era más fácil llegar a la portería rival y que el equipo estuviera más ordenado. Y con balón uno va a disfrutar. La gente quiere ser futbolista porque se divierte con el balón, no quiere ser futbolista para hacer faltas y defender», reconoce Alberto Edjogo-owono.

Aunque también asume que ese gusto por el buen juego se ha ido puliendo a medida que ascendía de categoría. «En el Logroñés no jugaba tan bien, lo ha ido matizando poco a poco», asegura. Por suerte para él, la mayoría de jugadores de la selección guineana en aquel momento ya eran españoles descendien­tes de guineanos y criados personal y profesiona­lmente en España. Eran jugadores como Benjamín, Iván Zarandona, Juvenal –el hermaautor

no de Alberto, que jugaba en el Sabadell y era el capitán de la selección–. Y los que no llegaron tan arriba tenían una buena formación, como el propio Alberto, que entonces jugaba en el Sant Andreu. «La mayoría hemos estado en buenas canteras, en el Espanyol, el Atlético de Madrid, el Barcelona... Había una base para empezar a trabajar», dice.

En aquella época, y en las que siguieron, el banquillo de Guinea no era una posición cómoda. Por allí pasaron técnicos como Henry Michel, Andoni Goikoetxea o Dani Guindos, el segundo entrenador de Robert Moreno en el Mónaco, que sólo duró un amistoso como selecciona­dor guineano.

Setién salió de Guinea y no imaginaba que llegaría al Barcelona. «El Barça se ha acostumbra­do cada vez más a ir por inercia y a poner menos atención al detalle. Va a ser interesant­e ver cómo esos jugadores tienen que empezar otra vez a cuidar el detalle, a tocar y a moverse y sobre todo a mejorar defensivam­ente», dice Edjogo-owono. «En la balanza ha pesado más la idea de intentar recuperar un estilo perdido». Estoy muy abierto a esto y, además, sirve para lanzar un mensaje a los chavales y también a los del primer equipo para que no se relajen», advertía el técnico cántabro en su presentaci­ón. «Si los chicos progresan pueden ser de verdad uno más», añadía.

Y eso trata de hacer con Riqui Puig. La marcha de Aleñá, además, le ha abierto camino en el centro del campo. Especialme­nte si Setién decide jugar con un centro del campo más numeroso que hasta ahora.

Su trayectori­a en Primera avala esa apuesta por la cantera. Especialme­nte en el Betis, donde dio paso a futbolista­s como Loren –un goleador que estaba escondido en el filial–, Francis, al que reconvirti­ó en lateral y llegó a ser internacio­nal en categorías inferiores, y Junior, el lateral izquierdo que fue campeón de Europa con la selección sub’21 y con el que ahora se reencontra­rá en el Barcelona. Riqui Puig es la bandera de la nueva generación de jugadores a la que también pertenece Abel Ruiz, un delantero que puede aprovechar la ausencia de Luis Suárez.

 ?? EP ?? Quique Setién habla con Riqui Puig durante un entreno
EP Quique Setién habla con Riqui Puig durante un entreno

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain