La Razón (1ª Edición)

Sainz, a un paso de la hazaña

Afronta la última etapa del Dakar como líder Sería el ganador más veterano. «Sigo muy prudente», asegura

- FRAN CASTRO

CarlosCarl­os Sainz puede sumar hoy a su palmarés la tercera victoria en el Dakar. Está a sólo 166 kilómetros, el recorrido de la última etapa rebajado. Y tiene una ventaja de algo más de diez minutos sobre sus rivales para ser el piloto más veterano en conquistar la carrera con 57 años. El madrileño se enfrenta a una última jornada que promete ser dura. No es un día de cortesía como pueda ocurrir en otros deportes como en las grandes rondas ciclistas. Sus perseguido­res, Peterhanse­l y Al-attiyah, tienen distancia para intentar el asalto. Sainz parte con diez minutos de ventaja y lo hará en tercer lugar, por detrás de sus «amenazas», que abren pista y eso es algo que no les beneficia.

La etapa definitiva ha sido recortada a petición de las autoridade­s locales, que ven peligrar las obras de un gaseoducto y pasará de 473 kilómetros a 166. Eso sí, la organizaci­ón ha mantenido la parte más exigente del recorrido, con mucha navegación y donde los copilotos tendrán mucho que decir. Diez minutos de ventaja pueden parecer mucho, sin embargo, en un día aciago pueden irse cuando menos lo esperas. En realidad no son casi nada.

Y es que, en el Dakar siempre puede pasar cualquier cosa. En 1989, Ari Vatanen fue descalific­ado porque la noche anterior un grupo de ladrones robó su coche, un Peugeot 405 T16 del equipo oficial de la marca. Hasta Hasta pidieron un rescate por el vehículo y lo recuperaro­n dos horas después, una vez comenzada la etapa. El piloto nórdico fue excluido por no presentars­e en la salida. Y el año anterior, el propio Vatanen se jugó el triunfo con su compañero de equipo, Jacky Ickxs. Para evitar una lucha innecesari­a y que Peugeot perdiera el triunfo, el jefe del equipo, Jean Todt (actual presidente de la FIA), echó a suertes con una moneda al aire el nombre del ganador. Venció Vatanen.

Además, cuando acabe la etapa los pilotos deberán afrontar un pequeño tramo-espectácul­o de 13 kilómetros en la ciudad de Quiddiya. El reglamento dice que este recorrido no cuenta para el tiempo final, pero obliga a cumpliment­arlo y si no se hace el piloto quedará eliminado. Es decir, Sainz tendrá que alcanzar la meta sin perder el margen de ventaja que tiene y tendrá que afrontar ese tramo final.

Parece fácil, pero nadie como él sabe lo que es quedarse a pocos metros de la llegada. Esto es algo habitual en el Mundial de Rallys, donde sí se cronometra, aunque la distancia es tan corta que las diferencia­s apenas son visibles. Sin embargo, sí se han perdido rallys por cometer fallos y dañar el coche. Sainz recordó que ya ha pasado por la experienci­a de afrontar líder la última jornada del Dakar en otras ocasiones y «las canas también sirven para algo». «Hay que hacer una etapa normal y seguir hacia delante porque cualquier cosa puede retrasarno­s, ya sea un pinchazo o un error de navegación. Sigo muy prudente, como lo vengo repitiendo estos días. No sabemos cómo es la etapa. Lo único bueno es que por lo menos no abrimos pista, pero son muchos kilómetros todavía los que quedan», asegura.

Sobre sus dos rivales para ganar el Dakar, advirtió que «son dos enemigos tremendos, que no ceden y que van a seguir a fondo porque, entre otras cosas, se juegan el segundo puesto», señaló.

Fernando Alonso también afrontará la última etapa del Dakar con un buen saco de lecciones aprendidas sobre una carrera que poco o nada tiene que ver con lo que ha corrido estos años atrás. Saldrá a por todas para intentar ganar la etapa, sin embargo, si es necesario, tendrá que apoyar a su compañero de equipo, Nasser Al-alttiyah, que luchará con Sainz por la victoria. No se espera que sea una etapa de muchos inconvenie­ntes mecánicos, pero la rápida asistencia de Alonso podría ser clave en un momento dado. En cualquier caso, y a pesar de sus accidentes, Alonso ha sorprendid­o por su rápida capacidad de aprendizaj­e y su velocidad en el desierto. Pero hoy es la hora de «El Matador» Carlos Sainz.

La útima etapa tenía un recorrido de 374 kilómetros, pero ayer fue reducido a 166. Conserva la parte más exigente Sainz, con 10 minutos de ventaja, saldrá tercero por detrás de sus rivales, a los que marcará de cerca. No abrir pista le beneficia Su victoria en 2018, con 55 años, ya le había convertido en el ganador más veterano. Este año puede ratificarl­o

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