Rey sodomizado
HoyHoy se inaugura en Lérida una exposición de esas que llamamos polémicas con obras de la colección de Tatxo Benet. Entre las piezas, el célebre Franco metido en la nevera, una radiografía del cráneo de Miguel Ángel Blanco, imagen que quiso exponer el Guggenheim de Bilbao, muy sensible, y que al final retiró por la negativa de la familia, claro que podían probar con la cabeza de alguno de los familiares de los que organizan esta performace, no te jode; la matracada de Santiago Sierra sobre los «presos políticos», que levantó sobre ARCO la tierna espuma de la indignación, y una escultura de Don Juan Carlos sodomizado, no de ahora, sino del año 2015, si bien les vale como metáfora contemporánea. Sobre la adhesión al independentismo del dueño de las obras, nada que añadir. Y sobre lo que muestra, que hará mucho ruido eso que presentan como «censurado», tan censurado que se va a exponer sin mayor problema, y seguro que abrirá el debate tan erudito como hipócrita de la libertad de expresión. O sea, que derrumbar a Colón está bien, y hay que poner una leyenda en la escultura de Barcelona; que prohibir chistes por machistas también, así sean de
Quevedo; contar la Guerra Civil solo como conviene al elenco progresista está bien porque lo demás no merece la categoría de libertad de expresión, y estigmatizar el cine de Polanski, por supuesto, pero criticar los mamarrachos de Benet será de cobardes fascistas. Esa será la conclusión básica. ¡Es arte! ¿Para cuándo un Puigdemont en pelotas haciendo la cobra al brazo incorrupto de Torra? Algunos artistas buscan desesperadamente hacer caja con la provocación, pero no hay manera, ni la mayor de las barbaridades que alumbran sus mentes consigue ser eliminada de la faz de lo que queda de Tierra. No es su culpa, angelitos, el dedo en la llaga lo mete, al cabo, un separatista que busca en los discursos de otros relanzar desde Cataluña un manifiesto político envuelto en celofán cultural. Podrían violar a cien mil gallinas y no se movería el movimiento animalista. Claro que no es a los «defensores» de la fauna a los que se quiere molestar sino sodomizar al sistema. Pues ni con vaselina, queridos. Una falla, y a tomar por saco.
«Un separatista une las ideas de otros para un manifiesto político desde Cataluña»