Albert Rivera: «Tenía que haber desenmascarado a Sánchez antes»
Reaparece en Madrid para presentar su libro «Un ciudadano libre»
Ha transcurrido casi un año desde que el 11 de noviembre de 2019 Albert Rivera compareciera en rueda de prensa para informar de su decisión de abandonar la presidencia de Ciudadanos, su escaño y la política. En su aparición pública en la mañana de ayer en el auditorio de la Casa de América de Madrid, presentó «Un ciudadano libre» (Espasa), un libro en el que desgrana a qué ha dedicado su vida desde entonces y cuáles son sus planes de futuro. También da algunas claves del pasado. «Este es el libro mas libre que he escrito porque lo he hecho lejos del cargo y lejos de la batalla política», reflexionó Rivera nada más comenzar la presentación de su libro, un texto en el que cuenta «cosas que no he contado, encuentros y desencuentros que no se conocían». Para el ex presidente de Cs ponerse delante del ordenador y escribir era una necesidad
«Este libro no es una venganza, pero en él se dice la verdad y hay gente en este país a la que eso no termina de gustarle»
porque había que pasar página: «Ha sido una etapa preciosa, muy dura, pero con momentos preciosos. Este libro no es una venganza. Aunque este libro tiene verdad y hay gente a la que la verdad no les gusta». Otro de los motivos que le llevaron a escribir «Un ciudadano libre» fue que «los que me votaron merecen saber cuales han sido mis valores que han guiado mis decisiones y por qué hice lo que hice». Sencillamente, Rivera «necesitaba una etapa para retomar mi vida y reinventarme y hacer lo que me gusta, ser abogado y ser emprendedor», explicó.
Rivera también entró en el análisis político, aunque con cautela: «No voy a dedicarme a decir que tiene que hacer Ciudadanos ni nadie. Espero que este país recomponga los espacio de entendimiento. Quizá me arrepiento de no haber desenmascarado la estrategia de Sánchez antes». Preguntado sobre qué habría hecho de diferente
manera, reconoció que su decisión de abogar por grandes pactos de Estado durante la campaña electoral le penalizó «perdiendo 1,2 millones de votos por la derecha y apenas 200.000 por la izquierda. Lo volvería a hacer porque son mis valores, pero esa bandera blanca que enarbolé acabó siendo la del muerto».