La Razón (1ª Edición)

Sánchez cambia los despachos con el Rey por llamadas y SMS

Rompe la tradición de reunirse semanalmen­te en Zarzuela con el Monarca. La Casa del Rey había confirmado al CGPJ que iría a Barcelona

- A. Rojo -

La polémica creada por la decisión del Gobierno de no refrendar la presencia del Rey hoy en Barcelona para la entrega de despachos a la nueva promocione­s de jueces ha provocado que el foco de atención

vuelva a centrarse en las relaciones entre la Jefatura del Estado y la Presidenci­a del Gobierno. Antes había despachos semanales pero con Pedro Sánchez se ha producido un cambio significat­ivo: de ser una cita razonablem­ente fija en la que había excepcione­s, se ha pasado a una situación en la que la excepción es precisamen­te que haya un desplazami­ento físico del presidente hasta Zarzuela.

La creciente polémica creada por la decisión del Gobierno de no refrendar la presencia del Rey hoy en Barcelona para la entrega de despachos a la nueva promocione­s de jueces ha provocado que el foco de la atención vuelva a centrarse en las relaciones entre la Jefatura del Estado y la Presidenci­a del Gobierno y, más concretame­nte, en las rutinas de comunicaci­ón que existen entre los apenas diez kilómetros que existen entre sus respectiva­s sedes, Zarzuela y Moncloa. En el pasado, durante el largo reinado de Don Juan Carlos y durante la etapa de Rajoy como presidente tras la abdicación se producían despachos semanales pero desde la entrada de Pedro Sánchez en la Moncloa se ha producido un cambio significat­ivo: fuentes no oficiales han confirmado a este diario que de ser una cita razonablem­ente fija en la que se producían excepcione­s, se ha pasado a una situación en la que la excepción es precisamen­te que se produzca el desplazami­ento físico del presidente del Gobierno hasta el despacho del Rey en Zarzuela.

Esta situación empezó a emerger con ocasión de uno de los primeros desaires del Gobierno a la figura del Jefe de Estado con ocasión de la preceptiva comunicaci­ón que el presidente investido debe hacer de los nombres de los que serán los ministros de su Gobierno. En aquella ocasión, en enero de este mismo año, se informó de que la comunicaci­ón entre el Rey y el presidente del Gobierno es permanente pero los procedimie­ntos son variados, ya que incluyen además de despachos semanales, conversaci­ones telefónica­s o incluso mensajes. Lo cierto es que de forma habitual no se informa oficialmen­te de esos contactos entre el jefe del Estado y el jefe del Ejecutivo y no suele haber cobertura de los medios de comunicaci­ón cuando un presidente investido acude a Zarzuela a dar la lista de sus ministros, pero tanto González como Aznar como Rajoy lo hicieron. En enero, sin embargo, se hizo la comunicaci­ón por teléfono.

Que esta nueva operativa procuestio­nar vocada por el peculiar estilo de presidenci­a que Pedro Sánchez ha desplegado desde que ocupa su cargo deja bastante que desear es obvio toda vez que Zarzuela confirmó la asistencia del Rey a la entrega de despachos cuando no había sido refrendada con Zarzuela: ¿Es posible una falta de comunicaci­ón como esta si los canales de comunicaci­ón son tan fluidos como se asegura? ¿O sí que se produjo este visto bueno y luego Moncloa dio marcha atrás al considerar la derivada política que podría tener la visita del Rey a la ciudad condal en plena negociació­n de los presupuest­os?. La confidenci­alidad de los contactos entre presidenci­a y Zarzuela propugnada por ambas instancias­hace instancias­hace muy difícil conocer lo ocurrido.

Por si fuera poco, a día de hoy, sigue sin estar claro quien ha tomado la decisión de vetar al Rey en Barcelona. El ministro de

Justicia, Juan Carlos Campo, se limitó a decir ayer al respecto, en una entrevista concedida a la Cadena SER, que «la tomó quien la tenía que tomar», perífrasis de oscuro significad­o que parece apuntar a Sánchez sin afirmarlo abiertamen­te. De manera un tanto inverosími­l, Campo respaldó la decisión de que el Rey Felipe VI no acuda a la entrega de despachos a los nuevos jueces en la Escuela Judicial de Barcelona prevista para este viernes, apuntando a la «obligación» que tiene el Gobierno de proteger la Monarquía. «La decisión se ha tomado analizando todas las variables», aseguró Campo. Sobre las razones, el ministro aludió a «la ponderació­n de bienes», indicando que «hay que sacrificar algo en pro de algo más seguro». «Creo que en la mente de todos están toda una serie de circunstan­cias y variables que podrían todas y, por tanto, creo que la mayor obligación que tiene el Gobierno es proteger las institucio­nes y, sin duda, la Monarquía lo es», señaló. Además, llamó a no «sobredimen­sionar cuestiones», argumentan­do que, aunque «es importante que el Rey entregue los despachos a los nuevos jueces», el compromiso de Felipe VI con la justicia es «fuerte». «No hay ruptura de nada», defendió.

Otro tipo de explicacio­nes llegaron desde Barcelona. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, afirmó que el Rey Felipe VI «puede ir a Cataluña», pero que debe decidir «a qué va y cuándo», y en este sentido ha

Zarzuela asegura que la comunicaci­ón es constante y fluida a través de llamadas telefónica­s y también mensajes

sugerido que «quizá no era la mejor opción» su presencia en un acto de jueces en Barcelona en los días de la sentencia sobre la inhabilita­ción de Quim Torra. Así lo expresió en una entrevista en TVE, recogida por Ep. Sobre los motivos que justifican la falta de asistencia, ha señalado que «solo los puede decir el Gobierno», pero que se le ocurre que «quizás alguien pensó que ir a un acto de un componente judicial muy importante la semana que quizás se hacía pública la sentencia que puede afectar al presidente de la Generalita­t no era la mejor opción», explicó.

No obstante, Iceta insistió en que el jefe de Estado «ha de venir, el Rey ha de estar». «Lo que es antipatrió­tico es tirar sal a las heridas en vez de intentar sanarlas», dijo. Desde ese punto de vista, el dirigente del PSC remarcó que el Rey «tiene motivos para visitar Cataluña aún sabiendo que hay una parte de la opinión pública catalana que ha roto amarras con el Rey y con el Estado». Así, incidió en que «hay que recuperar afectos» y que esto pasa por una «presencia inteligent­e» del jefe del Estado en Cataluña. «El Rey es un símbolo, la pieza, la cúspide, el jefe del Estado y, por lo tanto, tenemos que trabajar para que sea cada vez más respetado, más querido y que su figura sea integrador­a», añadió Iceta. Por ello, explicó que esto a veces «puede aconsejar unas determinad­as presencias o desaconsej­arlas». Por su parte, Cs exigió a Campo, que aclare si la ausencia del Rey Felipe VI en el acto de entrega de despachos a los nuevos jueces se debe a que el Gobierno le ha prohibido asistir y, en ese caso, por qué se considera «egitimado» para tomar esta decisión. Cs pidió estas explicacio­nes al Ejecutivo de Pedro Sánchez a través de una batería de preguntas registrada este jueves en el Congreso y de un mensaje y un vídeo difundidos por su portavoz adjunto en la Cámara Baja, Edmundo Bal.

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El Rey junto al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y la presidenta del Tribunal de Cuentas, M
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LUIS DÍAZ aría José de la Fuente, ayer, en Madrid

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