El Gobierno rehabilita a EH Bildu como socio
La formación abertzale gana capacidad de influencia y Moncloa cuenta con ellos para su agenda de legislatura y los Presupuestos
La relación entre el PSOE y EH Bildu ha cambiado sustancialmente en los últimos años. En 2016, cuando Pedro Sánchez se sometió por primera vez a una investidura fallida, los socialistas excluyeron a la formación abertzale de su ronda de contactos. No había nada que hablar con ellos. La misma mecánica se reprodujo en julio de 2019, cuando se exceptuó tanto a los independentistas vascos como a la ultraderecha de Vox de las negociaciones previas. Sin embargo, meses después, y tras la repetición electoral en la que PSOE y Unidas Podemos perdieron representación, los socialistas se despojaron de cualquier complejo y decidieron rehabilitar a los abertzales, incluyéndoles en la ronda de contactos para la que, ya sí, sería la investidura exitosa de enero de 2020.
Desde entonces, la relación con EH Bildu no se ha interrumpido. Pero fue a partir de la quinta prórroga del estado de alarma cuando los abertzales han comenzado a hacer valer su capacidad de influencia. Los socialistas rubricaron un pacto con Bildu a espaldas del PNV y Ciudadanos. Al final sus votos no fueron necesarios y una cláusula del acuerdo en el que se comprometían a derogar «íntegramente» la reforma laboral provocó una gran polémica. Además, el Gobierno llegaba a esta alianza con los abertzales en puertas de las elecciones vascas, lo que causó un profundo enfado en el PNV.
Ahí se juega la otra partida. Los jeltzales desconfían del nuevo rol que ha adquirido Bildu en la política nacional y que pugna por hacerle la competencia como partido vasco con capacidad de influencia en Madrid. Desde la izquierda abertzale le reiteraron su actitud de «mano tendida» y su disposición a dialogar con el Ejecutivo. Eso sí, siempre que se trabaje por unos Presupuestos progresistas que pongan fin a la «senda neoliberal» y que busquen otro modelo económico «más justo».
Así lo pusieron de manifiesto ya a la salida de la reunión que Bildu mantuvo la semana pasada con el vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias, y donde también quisieron dejar claro que no se plantean negociar «presupuestos por presos», sino que buscarán ampliar derechos a toda la sociedad, y también a la población reclusa. Entonces, Iglesias constató la «buena sintonía» y «buena disposición» con estos partidos separatistas para ahormar una mayoría parlamentaria, que excede a la cuestión puramente presupuestaria, según deslizaron desde Vicepresidencia. Por su parte, desde Bildu se pidió poner fin a la dispersión de los presos etarras que, tras la desaparición de la banda terrorista ETA, siguen en cárceles fuera del País Vasco. Una petición que desde la Vicepresidencia segunda recogieron, encuadrándola dentro de la legalidad vigente. Ya se han acercado a más de 60 presos desde que Sánchez llegó al poder.