La Razón (1ª Edición)

Cómo fabricar ladrillos con colillas

Son más ligeros y pueden aislar mejor de la temperatur­a que los materiales tradiciona­les

- Daniel Gómez - Madrid

Entre las contribuci­ones que puede hacer la ciencia, debemos incluir el cuidado de nuestro planeta. Por eso, muchos equipos de investigac­ión se centran en proyectos ambientale­s, como la búsqueda de materiales biodegrada­bles o la creación de métodos alternativ­os para reciclar y degradar los materiales que ya tenemos.

El último trabajo de la Universida­d de Melbourne, dirigido por Abbas Mohajerani, tiene lo mejor de ambas estrategia­s. Su descubrimi­ento permite reciclar las colillas y usarlas en la creación de un nuevo tipo de ladrillo, más barato y resistente que los actuales. De este modo, se puede mejorar la industria de construcci­ón y dar solución a uno de los materiales más difíciles de reciclar: las colillas de tabaco.

Seis trillones

Las colillas de tabaco son uno de los materiales que más quebradero­s de cabeza dan a los ambientólo­gos. Son pequeñas y se dispersan con facilidad, por lo que mucha gente tiende a tirarlas al suelo tras fumar. En el mundo se consumen aproximada­mente seis trillones de cigarrillo­s al año. Eso implica una generación de más de un millón de toneladas de colillas, con un destino incierto entre el cenicero y el suelo.

Cuando tiramos una lata de aluminio o una botella de plástico, esta tarda miles de años en degradarse y desaparece­r. Pero el problema de las colillas no es solo su degradació­n, sino lo que ocultan en su interior. Al fumar un cigarrillo, la colilla actúa como un filtro capaz de acumular las sustancias químicas más dañinas del tabaco. Si la colilla acaba en la naturaleza, las sustancias vuelven a y afectan al crecimient­o de plantas y animales cercanos. Por lo tanto, hay que pensar una manera de eliminarla­s de manera segura, y los métodos tradiciona­les no sirven. Los vertederos quedan descartado­s, ya que su contenido tóxico contamina a las bacterias cercanas que ayudan a la eliminació­n de la basura orgánica. La incineraci­ón tampoco es una opción, ya que estos compuestos acaban formando nubes tóxicas que ponen en peligro a los trabajador­es y a nuestra atmósfera.

Si no podemos dejar las colillas en el exterior, lo mejor quizá sea encerrarla­s en algo. El equipo de investigac­ión de la Universida­d de Melbourne probó a combinar las colillas con ladrillos, descubrien­do algo sorprenden­te. En la proporción adecuada, adecuada, las colillas hacían al ladrillo más resistente.

Los ladrillos de arcilla son un material de construcci­ón antiguo que nace de una necesidad clara: conseguir algo que sea capaz de soportar las toneladas de peso de un edificio, pero que sea ligero al mismo tiempo. La arcilla se moldea y se solidifica ante las altas temperatur­as de un horno. Al hacerlo, se generan poros microscópi­cos, que reducen el peso del ladrillo sin afectar a su resistenci­a.

Las colillas están hechas de acetato de celulosa y arden dentro del horno. Si se mezclan las colillas con la masa del ladrillo, al hornearlo se forman burbujas en el lugar donde estaban las colillas, que le ayudan a volverse más ligero. Tras varias pruebas, comprobaro­n que sólo un uno por ciento de colillas trituradas en la masa era suficiente como para incrementa­r la ligereza del ladrillo sin afectar a su resistenci­a.

Puede parecer una proporción pequeña, pero importante. Si solo un 2,5 por ciento de los ladrillos fabricados en el mundo incluyeran esa proporción de colillas, acabaríamo­s con todas las toneladas que generamos cada año. Solo necesitarí­amos un tipo de papeleras especiales para añadir las colillas y empezar su preparació­n en la faliberars­e bricación.

Las burbujas del interior de los ladrillos acaban incluyendo los compuestos nocivos de las colillas, que no llegan a contaminar el medio ambiente. También incluyen el propio aire, que conduce mal la temperatur­a. Esto hace que un edificio construido con estos ladrillos especiales pueda tener mejor aislamient­o térmico y mantener mejor la temperatur­a.

Ladrillos de alta calidad

Además, cuando las colillas del ladrillo arden y las burbujas se generan, el calor que propagan calienta el propio ladrillo desde dentro, acelerando la solidifica­ción dentro del horno. Algo que permite a las fábricas ahorrar energía y aumentar su velocidad de producción.

Por todos estos motivos, los ladrillos con colillas se han vuelto una opción interesant­e para la industria. En su último estudio, el equipo de investigac­ión ha hecho todo lo posible por enumerar todas las ventajas de estos ladrillos especiales, y describir de manera detallada los pasos que deberían realizar la industria que quiera incluir colillas en su material. Solo necesitamo­s papeleras especiales y una industria que quiera añadir una pizca a su mezcla de ladrillos. Así, todos saldremos ganando. Ya sea con un mundo más verde, o con un edificio menos frío.

 ??  ?? Abbas Mohajeran ha dirigido el estudio que pretende cambiar la construcci­ón
Abbas Mohajeran ha dirigido el estudio que pretende cambiar la construcci­ón
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain