Desconocida Cataluña
Chaves Nogales se ha vuelto a poner de moda para regocijo de humildes plumillas, lectores snob y decoradores de estanterías para intelectuales de cualquier pelaje, porque su genial obra pone a todos de acuerdo. El caso es que sus reportajes de los tiempos de la II República son crónicas aleccionadoras sobre cómo puede irse al traste un modelo de Estado. Así de duro, Chaves describe el tira y afloja de los partidos, todos sin excepción, con el único fin de salvar sus culos y obtener ganancias personales de las urnas. ¿Le suena? En «¿Qué pasa en Cataluña?» describe qué pasos se deben dar para engrasar a un territorio y a sus ciudadanos con la necesaria dosis de ideología hasta reventar las costuras de lo que entendemos por democracia en un juego de despachos, manifestaciones y proclamas nacionalistas.
En 2021 ninguna formación se salva del barro provocado por la convocatoria del 14-F y sus esperpénticas consecuencias. Sólo unas pinceladas: la «no candidatura» de Puigdemont y su nostalgia por Perpiñán; la negativa de Illa a realizarse una PCR, pese a haber sido ministro de Sanidad hace tres minutos; la voracidad de VOX, que saca pecho ante el acojone del PP bajo la manta de Bárcenas; el vicepresidente, Pablo Iglesias, poniendo en tela de juicio la calidad democrática española... El gazpacho inmenso tiene unas víctimas claras, catalanes y españoles que cada día tienen que levantar la persiana para enfrentarse al mundo y al virus mientras el reflujo cae desde lo más alto de la pirámide social. Escribe Chaves: «Seguiremos creyendo que Cataluña, el pueblo catalán, vale más, mucho más, que sus hombres representativos». Para los del sur, aquel territorio dorado al norte de España significaba, y en muchos casos aún hoy, el horizonte de progreso, libertad y desarrollo que exigíamos para nuestras regiones. Aquella puerta de Europa, aquella Cataluña que tanto anhelamos y que ahora no reconocemos.