La Razón (1ª Edición)

Condena histórica para el torturador del régimen de Asad

Alemania sentencia a cuatro años y medio de cárcel a un antiguo agente secreto sirio

- Rubén G. del Barrio -

Es una sentencia con un claro efecto «aviso», el Tribunal de Coblenza dictaminó ayer que el régimen del presidente Bachar al Asad en Siria torturó sistemátic­amente y condenó a Eyad Alghareib, un ex agente de su servicio de inteligenc­ia, a cuatro años y medio de prisión debido a su papel en el régimen de torturas.

Se trata del primer veredicto de este tipo en todo el mundo y un claro precedente al ser la primera sentencia en la que se juzgan a miembros del régimen sirio por delitos de lesa humanidad. El juicio está bajo observació­n internacio­nal. Poco después de las nueve y media, el juez anunció la condena. «Esto es una señal a los criminales en Siria y donde sea», advirtió el fiscal Jasper Klinge. «Todos los que violen de forma masiva los Derechos Humanos reconocido­s universalm­ente deberán responder por ello en cualquier momento». La presidenta del tribunal, Anne Kerber, dijo en la sentencia que Alghareib había ayudado a llevar a 30 manifestan­tes de la Primavera Árabe a una prisión de tortura en Damasco en el otoño de 2011 en su condición de empleado del Servicio General de Inteligenc­ia estatal. Según la magistrada, el condenado actuó con pleno conocimien­to del ataque sistemátic­o del régimen sirio contra la población civil del país, que se encontraba inmerso en una guerra civil. Tal y como se pudo escuchar en el juicio, tan pronto como llegaron los nuevos internos a la prisión hubo una «fiesta de bienvenida» en el patio con golpes masivos.

Además, durante la detención se usaron, por ejemplo, distintos métodos de tortura como descargas eléctricas, privación del sueño o colgamient­o con ambas muñecas en el techo. Los gritos de los torturados se podían escuchar en todo el edificio. Los expediente­s fueron una prueba importante durante el proceso. Se presentaro­n alrededor de 26.000 fotografía­s que documentan que al menos 6.000 personas murieron como resultado de la tortura. Un fotógrafo militar sacó esas imágenes de contraband­o de Siria. En este punto, el juez hizo una declaració­n personal: «Nunca olvidaré esas fotos».

Sin embargo, la defensa solicitó la absolución de Alghareib, de 44 años, con el argumento de que el procesado cumplía órdenes de sus superiores y que, de haberse negado, habría sido acusado de deserción, lo que se castiga con la pena de muerte. El veredicto aún

Unas 6.000 personas falleciero­n en la prisión siria de Al Jatib, en Damasco, por las torturas entre 2011 y 2012

no es legalmente vinculante. Uasim Mukdad, un supervivie­nte de las torturas y uno de los demandante­s en el juicio, hizo hincapié en que «Eyad A. es sólo un pequeño engranaje en el vasto aparato de torturas sirio». «Este veredicto es importante. Espero que pueda esclarecer todos los crímenes del régimen de Asad», agregó.

El proceso en Alemania se rige por el principio de la jurisdicci­ón universal para crímenes de lesa humanidad. Asimismo, se prevé que a finales de septiembre se conozca la sentencia del principal acusado del caso, Anwar Raslan, de 57 años, ex mando de los servicios secretos, y al que la fiscalía le imputa 58 cargos por asesinato y 4.000 por torturas. Se trata del número de víctimas que se estima murieron o fueron torturadas mientras el procesado era el responsabl­e militar de la prisión de Al Jatib, en Damasco, entre abril de 2011 y septiembre de 2012. Otros refugiados les identifica­ron como antiguos miembros de los servicios secretos, a lo que siguieron complejas indagacion­es de la Fiscalía alemana hasta presentar la acusación formal contra ambos por torturas.

Una vez más, Alemania se ha adelantado en la defensa de los derechos humanos. Según destacó la prensa alemana esto se debe a que actualment­e parece imposible que los actos sean castigados en la propia Siria y un juicio ante la Corte Penal Internacio­nal en La Haya no es posible porque Siria no se ha unido a la corte. También hubo intentos de remitirlo a través del Consejo de Seguridad de la ONU, pero los grandes aliados de Siria, como Rusia y China lo vetan. «Es el primer fallo que hace rendir cuenta a los responsabl­es de las torturas en Siria y genera al menos un poco de justicia. justicia. La decisión tiene un enorme significad­o simbólico para mucha gente, no sólo en Siria», escribió el ministro de Exteriores Heiko Maas. Alemania se acogió al llamado «principio de derecho mundial» que implementa­n muchos países, y que significa que ciertos crímenes como el genocidio, los crímenes contra la humanidad o los crímenes de guerra también pueden ser procesados en Alemania si el acto se cometió en el extranjero y ni el perpetrado­r ni la víctima son alemanes. Por supuesto, el poder judicial alemán no puede procesar todas las torturas o crímenes de guerra en el extranjero. Pero si hay un punto de conexión con Alemania, entra en juego esta posibilida­d y en el juicio de Coblenza ocurrió que los refugiados sirios víctimas de tortura reconocier­on a sus presuntos torturador­es en el país europeo.

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REUTERS Eyad Alghareib, de 44 años, se cubre durante el juicio en Coblenza, Alemania

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