«Mi plan B eterno es montar una mercería»
Pocos pronuncian bien su apellido –«¿Guruguru»?–, pero nadie duda de que es una actriz inconmensurable
DeDe Mina decían que si no existiera habría que inventarla. Miren Ibarguren existe, existe en mi vida (momento «egotrip») y desde entonces es otra. Mi vida, digo. Ella cuenta que donde mejor resetea es en su casa: duerme diez horas y se levanta como una rosa. Es cierto. Esas cuatro pareces son balsámicas. Mi jefa y sin embargo amiga y servidor hemos visto curar nuestras heridas con solo una comida en su compañía. Porque Miren es vida a raudales y te la contagia. Es sabia, y aprendes. Y es actriz, una actriz inconmensurable. Solo puedes admirarla y aplaudir. Por cierto, ahora es rubia. Este cuestionario –grabado en vídeo– lo acredita.
–¿Una diva nace o se hace?
–Diva se muere.
–¿Siempre quiso ser una estrella? Cuénteme la estrategia de su éxito.
–Siempre quise ser actriz, no una estrella. Y la mejor estrategia es trabajar duro y tener una buena representante. Como la mía.
–¿Lo suyo fue una confesión del rollo: mamá quero ser artista, o la sorpresa hubiera sido: mamá quiero opositar a notarías?
–Mi madre hubiera estado más contenta con la notaría, pero lo mío fue un mamá quiero ser artista como la copa de un pino.
–¿Hubo algún momento en que dijo: oiga, paso de todo y pongo una mercería?
–¿Cómo sabes lo de la mercería? Es mi plan B eterno.
–Dicen que Marilyn Monroe, la pobre, pensaba que era invisible hasta que le salieron las tetas. ¿Usted cuándo se dio cuenta de que todos los focos iban ya hacia su persona?
–Ay, es que los focos van y vienen. Se mueven más que los precios…
–Un día me escondí un pequeño pony. Se me olvidó quitármelo
antes de entrar a grabar y se quedó inmortalizado para siempre en la tienda de Chema. Asoma su cabecita rosa.
–¿En los moños de Soraya, en «Aída», se guardaba usted el bocata de la merienda?
–¿Muere por un Oscar o le apetecería más ir a la gala de los Razzie?
–Amanda Gris, mientras se apretaba un tintorro, decía: «Excepto beber, qué dificil me resulta todo». ¿Se apunta al plan con nos torreznos?
–Cuando una es actriz ¿cuesta que la crean o siempre dudan de si está actuando?
–La constante suele ser: «Uy, no te imaginaba así». –Confiéseme que a veces interpreta para conseguir lo que quiere…
–Quiero los dos, obvio.
–Con patatas fritas y mejillones, mejor. Amanda, forever. Leo, siempre.
–Pues lo he intentado alguna vez y me ha salido fatal. Sin guión no convenzo.
–Sin agotar al personal, se puede.
–Llorando. Sería maravilloso. Me encantan los retos... pero nunca se podría hacer mejor que ella...
–¿Se puede ser graciosa y ocurrente sin interrupción?
–No me diga que, a veces, no le motiva ser una siesa y una borde...
–Me motiva y me representa.
–El papel más difícil de su vida.
–El de Miren, que no lo pillo del todo…
–¿Y cuál es ése que se muere por interpretar?
–Me encantaría haber sido Ray Liotta para interpretar a Henry en «Uno de los nuestros».
–Stanislavsky o Lina Morgan, ¿método o intuición?
–Método + intuición + salvar la ropa.
–¿Ingrid Bergman o Laly Soldevila?
–Laly, Laly, Laly, Laly.
–¿Con qué papel se vería usted fetén en, por ejemplo, «Amar en tiempos revueltos»?
–Mmmm... Uno de detective... No sé.
–¿Drama o comedia o melodrama?
–Melodrama. Punto. Por cambiar. Punto
–Imagínese que le ofrecen el papel de Marleen Matlin en «Hijos de un Dios menor». ¿Usted cómo reacciona?
–¿Ser musa del hombre de su vida es un estatus o una jodienda?
–Opción C ¿no hay?
–¿Me apoya en Change.org para enseñar en las escuelas «Silly Gardens»?
–Por supuesto. «Silly Gardens» es uno de los trabajos de los que estoy más orgullosa. Ernesto Sevilla es un genio.
–¿Cuál es la mayor estupidez que se ha dicho de usted y no le apetece desmentir?
Repito: Nuria Guruguru.
–¿Le afectan las malas críticas?
–¿Por qué a la gente le cuesta hablar con sus hijos de sexo cuando lo realmente difícil es hablar de amor?
–¿Por qué los hombres interesantes nunca son sexies?
–¿Qué es lo que más le chifla y lo que más le amuerma del amor?
–Ese error que comete una y otra vez...
–¿Se ve en «Maestros de la costura», en «Supervivientes» o en «La isla de la tentaciones»?
–¿Qué dijo que nunca haría y ahora repite sin cesar?
–Ese culebrón del corazón que la tiene absolutamente fascinada...
–Dicen que si uno quiere dedicarse al porno, hay que empezar por el nombre artístico y el mejor se consigue uniendo el nombre de su mascota con el de su calle, ¿cuál sería el suyo?
–Que me llamo Nuria Guruguru.
–Sí, sobre todo si son verdad.
–Mmmm... Pues no lo sé. Esto lo iba a haber dejado en blanco...
–¿Nunca? Yo conozco a
muchos...
–Me chifla que es eterno. Me amuerma que sea para siempre.
–Querer ser delgada. –Dónde resetea y vuelve como
nueva. –En mi propia casa. Duermo diez horas y amanezco divina, maja, simpática y puntual. Otra persona.
–En Maestros, supongo. Aunque no sé ni coser un botón…
–Una hora de deporte diaria. Todavía no me lo creo.
–El Congreso.
–Pony Del Río... Mucho mejor que Nuria Guruguru.