La Razón (1ª Edición)

Estrategia de «sálvese quien pueda» en el viejo PP señalado por Bárcenas

Rajoy y Aznar no se hablan y, aunque negarán los hechos ante el juez, ninguno pondrá la «mano en el fuego» por nadie

- Carmen Morodo -

El viejo PP se enfrena a Luis Barcenas dividido y con mucha desconfian­za entre ellos. La plana mayor de ese viejo PP está citada como testigo en el juicio que analiza en la Audiencia Nacional las obras de la sede nacional por su presunta financiaci­ón a costa de la caja b del partido. A la cabeza, los dos ex presidente del Gobierno José María Aznar y quien tomó el relevo del partido, Mariano Rajoy, que no se hablan entre ellos. Aznar se ha lavado las manos sobre un pasado del que formó parte y recienteme­nte, en una entrevista en La Sexta con Jordi Évole, declaró que sólo pone la mano en el fuego por él mismo, desentendi­éndose por completo de los casos de corrupción que vienen de su época y de la financiaci­ón irregular que investiga la Justicia en estos momentos.

Rajoy y Aznar preparan sus estrategia­s por separado, pero lo mismo ocurre con los demás señalados en los «papeles». Más que de una acción concertada debe hablarse de estrategia­s individual­es, dirigidas a que cada uno, en la medida de lo posible, pueda salvarse a sí mismo. El principio general es el negarlo todo, pero en todos los casos la preocupaci­ón también es la misma: hasta dónde está dispuesto a llegar Bárcenas y cómo evitar «cargar con el muerto». Ayer el ex tesorero siguió apuntando nombres, pero sin ninguna prueba nueva que sirva de base para sus acusacione­s.

A Rajoy le preocupa especialme­nte el nombre de Pablo Crespo, número dos de la trama Gürtel, y con raíces en Galicia. «Es Fraga, Cuiña, Marcial, Feijóo», explican desde el corazón de la organizaci­ón popular. A raíz de las primeras informacio­nes que apuntaban a las sospechas de Génova sobre el alcance explosivo de la herencia recibida, y de los movimiento­s de la dirección nacional para marcar distancia con esa herencia, Pablo Casado llamó a Rajoy para explicarle el sentido de esas informacio­nes y matizarlas. Acababa de conocerse el escrito de Bárcenas ante la Fiscalía Anticorrup­ción en el que anunciaba su voluntad de colaborar con la Justicia, sin ofrecer nuevas pruebas. Rajoy poco más que vino a colgarle. El ex presidente no ha dado informació­n al nuevo PP de lo que se cuajó en la estructura orgánica del partido durante las décadas en las que él formó parte del mando desde las distintas responsabi­lidades que ocupó. Rajoy va a lo suyo, como lo van Aznar o el ex secretario general y ex ministro Francisco Alvarez Cascos. O Javier Arenas, que sigue siendo senador por designació­n territoria­l.los señalados por Bárcenas de la ex cúpula popular pertenecen a periodos distintos y no tienen una buena relación personal en estos momentos. Podría decirse que su estrategia es coincident­e en el fin, pero también se resume gráficamen­te en la idea del sálvese quien pueda. Las rencillas personales y las traiciones son un elemento que han marcado el pasado y condiciona­n también el presente.

«Pablo Crespo tiene papeles; Villarejo, también; Francisco Maroto, también; el empresario, también... Y no hay que olvidar a Ulibarri o a Méndez Pozo. Pesan los papeles de Bárcenas, Gürtel, sede del PP, Kitchen..., tienen miedo de que falle alguna pieza y esto les lleve a caer por una cosa o por otra porque todo está vinculado», reflexiona­n en la estructura del veterano PP que cayó, en su esencia, cuando Rajoy abandonó la Presidenci­a del partido, después de haber perdido el Gobierno por la moción de censura de Pedro Sánchez en la que fue «traicionad­o» por el partido al que lo fio todo: el PNV.

Bárcenas sigue disparando al aire en todas las direccione­s, pero sabe, al mismo tiempo, que ninguno de los que apunta pondría de verdad la mano en el fuego por el otro. Y esto es lo que condiciona la estrategia de defensa. Hasta ahora no se han abierto vías de agua en ella porque no han aparecido pruebas que pusiera en nuevas dificultad­es a ninguno de los señalados por el ex tesorero. Pero ese equilibrio se podría dar la vuelta en cuanto hubiera también un

El único principio general es negarlo todo hasta saber donde llegará Bárcenas; después cada uno se salvará a si mismo

Rajoy no ha dado informació­n al nuevo PP de lo que se gestó durante las décadas en las que él formó parte del mando

cambio en esa estrategia de Bárcenas.

El tribunal de la Audiencia Nacional que juzga las obras en la sede del partido tiene previsto comenzar este jueves a escuchar a los primeros testigos propuestos por las partes, entre los que se encuentran el ex secretario general de la formación política Ángel Acebes –quien está citado el próximo 15 de marzo–; empresario­s que aparecen como donantes en los conocidos ‘papeles’ de Luis Bárcenas o trabajador­es del partido. Y por supuesto el desgaste mediático continuará durante semanas

En la lista de los testigos aparecen los expresiden­tes del Gobierno y ex líderes del PP José María Aznar y Mariano Rajoy; los exministro­s María Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Francisco Álvarez Cascos (también ex secretario­s generales del partido), Federico Trillo o Rodrigo Rato, cuyas comparecen­cias aún no tienen fecha.

El tribunal sólo ha citado testigos hasta el martes 16 de marzo. Así, para este día, ha convocado a otras seis personas, entre ellas la jefa de la obra de la sede del PP, María Rey Salinero; y a una de las trabajador­as de Unifica, Esther D’opazo.

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