La Razón (1ª Edición)

El Banco de España empeora la previsión para este año

El Banco de España augura una recaída del 0,4% hasta marzo y rebaja casi un punto, al 6%, el alza de este año, con un paro en el 17%. El Gobierno prevé un crecimient­o de casi el 10%

- H. Montero

España ha vuelto a recaer. Así lo estima el Banco de España, que considera que el PIB se contraerá un 0,4% en el primer trimestre, aunque el desplome podría ser incluso peor y alcanzar el 0,9% en un escenario más severo en el que la tímida recuperaci­ón de marzo no sea suficiente para compensar el desastroso arranque del año. Bajo estas premisas, la institució­n bancaria retrasa la salida definitiva del túnel al segundo semestre del año, en el mejor de los casos, aunque incluso podría irse hasta Navidad si no se acelera el ritmo de vacunación y las ansiadas ayudas europeas se dilatan más y no consiguen dopar a tiempo la actividad.

Pese a todo, la economía española crecerá a final del año un 6% en el escenario central –ocho décimas menos que la anterior previsión de diciembre–, muy lejos de las previsione­s del Gobierno, que contempla un fuerte rebote de la economía. La previsión del Gobierno apunta a un crecimient­o del 7,2%, cifra que alcanza el 9,8% si los fondos europeos llegan a tiempo y se logra poner en marejecuci­ón cha la ejecución del Plan de Recuperaci­ón, Transforma­ción y Resilienci­a. Pero si las cosas se tuercen, la brecha entre el cuadro macroeconó­mico sobre el que están cimentados los presupuest­os de este año será devastador­a, ya que el Banco de España pronostica que el crecimient­o quedaría en el 3,2% y todo apunta a que, con la Semana Santa turística perdida por completo, habrá

La ejecución de los fondos europeos se reduce desde el 70% previsto en diciembre al 55%, por el retraso del desembolso que esperar al verano, con suerte, para remontar el vuelo.

La desviación no solo afecta al PIB sino a su lógica traslación al mercado laboral ahonda una brecha de un punto entre las previsione­s de paro del Ejecutivo, que estima una reducción al 16,3% del desempleo desde el 17,1% de 2020. Por contra, el organismo que preside Pablo Hernández de Cos augura un cierre de año sin reducción del desempleo en su escenario más probable, con un cierre en el 17%, mientras que vaticina un aumento notable, hasta una tasa del 18,3%, en el supuesto más negativo. Pese a todo, el organismo sí ha mejorado las previsione­s de desempleo respecto a diciembre, alentado por el ritmo de vacunación en Reino Unido, principal mercado emisor de turistas a España, lo que podría traducirse en un comportami­ento mejor de lo esperado del mercado laboral en verano.

En cualquier caso, el director general de economía y estadístic­a del Banco de España, Óscar Arce, indicó ayer en la presentaci­ón que las estimacion­es contemplan que los ERTE solo se prolongan hasta mayo de este año, por lo que si se extienden, la tasa de paro sería inferior.

En cuanto a los fondos europeos, en diciembre el Banco de España estimaba que se ejecutaría el 70% de la inversión prevista por los fondos presupuest­ados, pero ahora rebaja esta estimación hasta el 55%, por el retraso en el ritmo de desembolso. Esta de 15 puntos menos se traslada, en cambio, al año 2022, de ahí el mayor crecimient­o previsto para ese ejercicio.

En términos de PIB, esta menor ejecución de la inversión restará tres décimas al crecimient­o este año, que se trasladan, en cambio, a un mayor crecimient­o el próximo. Así, el PIB crecerá un 5,3% en 2022, algo más de un punto que en el anterior pronóstico. Para 2023, el crecimient­o se mantiene en el 1,7%, lo que hará que hasta mediados de ese año no se alcancen los niveles pre-pandemia, tanto en el terreno económico como en el laboral.

De hecho, el paro no se reducirá con fuerza hasta el próximo año y volverá a caer en 2023 hasta el 14,1%, según el Banco de España, lo que dejaría el desempleo en una tasa similar al cierre de 2019 (13,96%).

Respecto al déficit público, que cerró en el 10,5% del PIB el pasado año, se prevé un descenso paulatino a lo largo del periodo analizado. La reducción dejará el desajuste en el 7,7% este año, al 4,8% en 2022 y al 4,4% en 2023 en el escenario central, con lo que al final del periodo aún se situaría en cotas «muy elevadas» y por encima de los niveles prepandemi­a. A pesar del crecimient­o del PIB, la deuda pública estaría aún en el 117,6% del PIB en 2023, prácticame­nte la misma tasa que este año (117,9%), aunque Arce descartó que pueda hablarse de una crisis de deuda, dados los bajos tipos de interés. Eso sí, insistió en la necesidad de aprobar cuanto antes un plan de consolidac­ión fiscal. Se espera que el IPC armonizado repunte desde el -0,2% de 2020 hasta el 1,4%, 0,8% y 1,2%.

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El Banco de España aleja las previsione­s de crecimient­o y paro del Gobierno

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