Jxcat amaga con tumbar a Aragonès en la semana clave
El partido de Puigdemont niega interés en una repetición electoral
Todo apunta a que el candidato de Esquerra, Pere Aragonès, se quedará sin investidura este viernes. El secretario general de Jxcat, Jordi Sánchez, dio ayer a entender que su partido tumbará el primer intento de Aragonès, señaló que ahora un acuerdo «no es posible» por las diferencias que hay todavía entre las formaciones independentistas y marcó como horizonte temporal «días» o «semanas» para un pacto.
Ya por la mañana, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, envió claras señales de que el acuerdo entre Esquerra y Jxcat necesitará tiempo con una maniobra hasta ahora inédita, aunque legal: trasladó a los grupos parlamentarios su intención de retrasar la segunda votación para la investidura más allá de lo normal. Generalmente se suele celebrar 48 horas después de la primera votación fallida sin tener en cuenta los festivos (como ocurrió, por ejemplo, con Carles Puigdemont, investido un domingo), pero Borràs decidió dar una nueva interpretación a la Ley y situar el segundo pleno dos días hábiles después: es decir, el martes (en lugar del domingo).
Lo cierto es que el acuerdo entre Esquerra y Jxcat sigue lejos. En un discurso con múltiples y punzantes referencias tanto a Esquerra como a la CUP por las presiones que están ejerciendo en los últimos días para que Jxcat ceda, Sánchez se escudó ayer en los gobiernos de coalición de los últimos años para advertir de que trabar un acuerdo requiere de «acuerdos sólidos y de fondo» y de «confianzas y lealtades» del primero hasta el último día. «Nosotros tampoco queremos que el próximo gobierno sea un Vietnam diario», aseguró, en alusión a las palabras del propio Joan Tardà (ERC) para rechazar un gobierno a solas de Esquerra y Jxcat.
El secretario general de Jxcat desgranó las propuestas (también socioecónomicas) de su partido para la próxima legislatura ante la presencia del propio Aragonès y aprovechó para desmentir interés alguno en forzar una repetición electoral. También cargó contra Esquerra y la CUP por atribuir a Jxcat el retraso en las negociaciones. «De manera malintencionada, reduccionista y distorsionada, algunos se entestan en hacer creer que hoy a Jxcat ni nos preocupa ni tenemos respuestas para las necesidades y urgencias sociales y económicas del país», aseguró.
Otra de las carpetas importantes en la negociación es la mesa de diálogo. Sánchez aseguró que darán una oportunidad a la mesa con el Gobierno con la «voluntad de sumar», aunque, en la línea de la CUP, manifestó el «escepticismo» con el PSOE. «La credibilidad de esta mesa de diálogo no puede ser eterna», dijo y leyó fragmentos del reciente libro publicado por Oriol Junqueras y Marta Rovira en el que apostaban por «prepararse en todos los ámbitos». «Esta preparación debe ser en el marco del Consell per la República», afirmó Sánchez. Esta entidad, presidida por Carles Puigdemont, se ha convertido en un escollo en las negociaciones porque Esquerra y CUP siempre han mostrado reticencias mientras que Jxcat le ha dado mucho protagonismo.
Sánchez también insistió en que los resultados de las elecciones catalanas (el independentismo rebasó el 50% de los votos) deben tener «consecuencias políticas» para avanzar en la independencia de Cataluña.