PRIORIDAD PARA SANIDAD EN LOS FONDOS EUROPEOS
Parece,Parece, a tenor de lo que leo desde hace días, que la Sanidad no se encuentra entre los sectores productivos preferentes para el Gobierno en la distribución de subvenciones por la pandemia de Covid-19 a partir de los fondos procedentes de Europa.
No es el único sector productivo destacado que se ha visto excluido –el del vino o las peluquerías son otros ejemplos representativos–, pero resulta cuanto menos paradójico si atendemos a la voluntad que el Ejecutivo dice tener de reforzar el sistema sanitario frente a futuras crisis de Salud Pública.
Ya advertí en enero de la oportunidad histórica que representan los recursos europeos para implementar reformas estructurales que desarrollen y mejoren el sistema sanitario español. Sin embargo, decisiones como la referida marginación de la Sanidad y la negativa del Gobierno a crear una autoridad independiente que gestione de forma objetiva los fondos –como pide el principal partido de la oposición– inducen a pensar que el fiasco del «Plan E» de Zapatero puede quedarse en anécdota...
Y es que incluir partidas para atención primaria y digitalización en los Presupuestos Generales del Estado es positivo, pero no suficiente. Los fondos deben compensar a la Sanidad privada por el papel cardinal que desempeñó durante la primera ola, impulsar la actividaddelaindustriafarmacéutica, fomentar la labor de las empresas españolas de tecnología sanitaria... Y debe ser así tanto desde el punto de vista asistencial, como desde el prisma de la aportación al PIB que realizan, los empleos de calidad que generan y su relevancia para crear una reserva estratégica de fármacos, material y equipamiento que posibilite el autoabastecimiento y evite la dependencia de otros países sufrida en la Covid-19.
Estos avances, junto con la creación de un centro equiparable al NICE británico, la puesta en marcha de una agencia estatal de Salud Pública… son progresos pendientes desde hace años que ahora pueden ser factibles, pero para ello el Gobierno debe dar prioridad a la Sanidad en el reparto de las ayudas y garantizar que la distribución se sustenta en criterios pertinentes y ecuánimes.