Llegó el cambio de ciclo
Las elecciones del próximo 4 de mayo nos traerán novedades importantes. Será un cambio de ciclo político en el que el PP será el partido que liderará el nuevo tiempo sustituyendo al PSOE. Tanto a nivel de la autonomía como en el conjunto de España. Este relevo en la hegemonía política autonómica y nacional en la que los populares se convertirán en el primer partido y los socialistas en el segundo, viene determinada por el proceso de reunificación del voto más moderado que salió del Partido Popular en las elecciones generales y autonómicas de 2015 y que dio vida a Ciudadanos.
En Madrid concluirá el ciclo de vida de esta formación por el imperativo del voto útil, imprescindible para iniciar el desalojo del modelo político que se estableció en España a raíz de la moción de censura de mayo de 2018. En la encuesta de NC Report para LA RAZÓN se aprecia cómo el 63,5% del votante de Ciudadanos de mayo de 2019 decide libremente reincorporarse al proyecto popular. Dando por finalizado un periodo de seis años de sangría electoral del PP. Pero a pesar de que este magno movimiento migratorio de votantes, que va de Ciudadanos al PP, que implica a cuatrocientos mil votantes naranjas que emprenden el regreso a la casa común popular, no podemos dejar de prestar atención al segundo gran éxodo, el que va desde Vox al PP, que lo podemos cuantificar en el 28,1% del electorado de Vox, el equivalente a ochenta y un mil electores. Vox emprendió la escisión de los votantes del Partido Popular más tarde que Ciudadanos, concretamente en las elecciones generales del año 2019, comenzando en las de abril y culminando la secesión electoral en noviembre del mismo año. Se trata del electorado más a la derecha del PP. Madrid, como refería A. Machado, es el rompeolas de las Españas y avanzadilla de los cambios sociales y políticos de la nación.
De hecho el principal partido hasta ahora en la comunidad, el Partido Socialista, se derrumba, y entrega a partes casi iguales el 30 por ciento de sus votantes; a la derecha enviaría el 11,2 por ciento de los que le votaron en 2019, a las izquierdas trasvasaría el 9,5% y a la abstención marcharía el 9,4% de su electorado.
Por lo tanto esta es la fórmula que empieza a implementarse en gran parte de las autonomías, así como en el voto ante las próximas elecciones generales; desmovilización del voto socialista, que recordemos en la última década no ha ido muchos más allá del 28 por cinto de Rubalcaba en las elecciones generales de 2011 y fortalecimiento electoral del Partido Popular en dos etapas, en la primera incorpora al votante de Ciudadanos y la segunda tendrá por objetivo atraer al electorado de los de Santiago Abascal.
En cuanto a la izquierda alternativa madrileña, representada
La hegemonía de los populares se determina por la reunificación del voto moderado que salió del PP en 2015
por Más Madrid y Unidas Podemos, se detectan intercambios de votantes entre ambas formaciones; los de Íñigo Errejón transfieren el 14,9% de sus votos a los morados, y los de Pablo Iglesias trasvasan el 18, 8% a Más Madrid. Por lo que se neutralizan entre ambos, condenados a repetir el resultado del año 2019 ya que la llegada del ex vicepresidente del Gobierno a la Comunidad de Madrid no va a alterar significativamente los datos de hace dos años de los morados y Más Madrid no se alejará mucho de su marca de las anteriores elecciones.
La fidelización electoral es otro medidor del éxito electoral en estos casos; solo los populares alcanzan el 92.4%. Les sigue el Más Madrid de Mónica García con el 76,1 por ciento. PSOE y Unidas Podemos no alcanzan el 70 por ciento. Mientras que Ciudadanos y Vox no logran llegar al 65 por ciento.