UNA OPORTUNIDAD HISTÓRICA
ElEl reciente anuncio del presidente del Gobierno sobre el reparto de los fondos comunitarios, cuando lleguen, ha sido recibido con aplausos por parte de los fabricantes de automóviles eléctricos, electrificados y, asimismo, por los movidos por otras energías alternativas. Según las palabras de Sánchez, en el reparto de los 50.000 millones destinados a inversiones, el Ministerio de Transición Ecológica se ha llevado la mayor parte con un total de 13.200 millones para la llamada Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada. De confirmarse la llegada de estos fondos, supondrá un acelerón casi definitivo al sector del motor, que podrá desarrollar las tecnologías de futuro y volver a colocarse en la cabeza de Europa en este importante sector industrial.
Hay que señalar en este punto que los principales fabricantes establecidos en España ya están preparados para la producción masiva de vehículos electrificados. Renault en Valladolid y Palencia, Ford en Valencia, Volkswagen en Landaben, Mercedes en Vitoria y, sobre todo, las tres factorías de la antigua PSA en Vigo, Zaragoza y Madrid, ven como cada día salen de sus cadenas de montaje cientos de automóviles con algún tipo de movilidad eléctrica y con las últimas tecnologías en esta materia. Queda por dar el siguiente paso, que es el de la fabricación de baterías en suelo español, cuyo primer proyecto ya está en marcha. Y en el horizonte, la producción de vehículos movidos por la pila de combustible, es decir, por hidrógeno, que, para muchos, es la tecnología que se impondrá a medio y largo plazo.
El dinero llegado de los fondos europeos debe servir para poner las bases sólidas que son imprescindibles para el desarrollo de todos los proyectos de futuro. Los planes del Gobierno son que en el año 2023 estén ya circulando un cuarto de millón de coches eléctricos. Y que para el final de esta década, el número se haya multiplicado hasta sumar cinco millones de vehículos eléctricos. Ya veremos si estas previsiones se cumplen. Muchos recordamos las declaraciones en este mismo sentido que realizó Miguel Sebastián, cuando era ministro de Industria de Zapatero, en las que anunció que en España habría en cuatro años dos millones de coches eléctricos. Todos pensamos, como así ocurrió, que sus previsiones no se cumplirían… salvo que contara como coches eléctricos a los que se vendían en los juegos del Scalextric.
Ahora no podemos perder una nueva oportunidad y estos 13.200 millones tienen que servir, entre otros proyectos, para la promoción real y efectiva de los puntos de recarga. Según un reciente informe de Anfac, la asociación de fabricantes de automóviles, serían necesarios en España un total de 360.000 puntos de recarga rápida por toda la estructura nacional de carreteras para que la utilización de los coches eléctricos pueda ser eficaz para los propietarios. Que exista suministro de energía en las principales vias de comunicación y que no haya que esperar demasiado tiempo para reponer la energía necesaria. Sólo cuando los tiempos de recarga y la disponibilidad inmediata se aproximen mucho al tiempo que consumimos actualmente parando en una gasolinera, los combustibles fósiles podrán ser sustituídos en el día a día de los automovilistas españoles. En este mismo proyecto se debería abordar también la ampliación de la red de «hidrogeneras», es decir, estaciones de servicio que repongan hidrógeno, el gran combustible del futuro.
Sólo si aprovechamos bien esta oportunidad podremos mantener una industria potente que actualmente supone más del 10% del PIB nacional y genera casi la misma proporción de empleo.