Falsa némesis
Opinión
¿Aquién¿Aquién quieres más? ¿A papá o a mamá? Esa va a ser la pregunta que, al parecer, dentro de la ten-dencia ten-dencia general de infantilización de la política española, se les va a hacer a todos los españoles, de izquierdas o de derechas, en las próximas elecciones.
Cada día, en las ocupaciones de los partidos, pesa más el relato de las supuestas intenciones que la verdadera actividad legislativa. Yolanda Díaz es el último actante llegado a este tipo de representa-ciones. representa-ciones. Cuando todos sabemos perfectamente que los retoques que se le hagan a la reforma labo-ral labo-ral pasarán inevitablemente por el cedazo de lo que diga la UE, Sánchez y Díaz se empeñan en escenificar supuestos desen-cuentros desen-cuentros bastante inverosímiles. Si Díaz va a ser la némesis de Sán-chez, Sán-chez, lo menos que se puede pen-sar pen-sar es que el presidente estará muy contento con ese oponente. Es algo parecido a lo que sentiría James Bond (en versión Roger Moore) si le pusieran de supervi-llano supervi-llano al feo de los Calatrava.
El ascenso de Díaz responde a la misma lógica que dio forma al Gobierno de coalición: única sa-lida sa-lida posible después de haber perdido. Si Pablo Iglesias no se hubiera venido abajo, difícilmen-te difícilmen-te Díaz hubiera llegado a figurar como el barquero que le canta las verdades sociales al presidente. Iglesias sí que preocupaba a Sán-chez, Sán-chez, porque era capaz de mutar –con absoluta desfachatez– de comunista a socialdemócrata rapero según soplara el viento y robarle votos. Pero con Díaz, den-tro den-tro del marco de infantilización ideológica en que Pedro se siente cómodo, el presi puede estar muy tranquilo. Al fin y al cabo, solo con la ingenuidad propia de un infan-te infan-te de ocho años se puede creer todavía en el comunismo en ple-no ple-no siglo XXI y presentarse inalte-rablemente inalte-rablemente como tal. Cualquier viajero que haya pasado por Moscú últimamente habrá podi-do podi-do comprobar, (aparte del gusto de nuevo rico de sus habitantes por los áticos y su incapacidad para levantar una nueva cocina que no chorree caviar) que nadie quiere oír hablar del comunismo. Y eso sucede en el único lugar del mundo en el que tuvo la oportunidad oportunidad de ponerse a prueba de una manera práctica en la calle y los peatones sentir sus efectos en sus espaldas. Si en nuestro país queda queda todavía algún creyente que no ve la suerte de habernos librado de los dos idealismos totalitarios propios de nuestra guerra civil y de todo el siglo XX (comunismo y fascismo) se debe únicamente a que solo de uno de ellos se pudo comprobar cercanamente su fracaso fracaso práctico en nuestras carnes. Para observar el gemelo fracaso del otro había que viajar al extranjero extranjero y practicar idiomas.
Con esos mimbres, es muy improbable improbable que Díaz pueda amenazar amenazar en ningún sentido el liderazgo de Sánchez. Escenificará reproches reproches de vez en cuando para presumir presumir de inquietudes sociales, pero nada irá mucho más allá de
Es improbable que Díaz pueda amenazar el liderazgo de Sánchez
un duelo narcisista de apostura contra unos ojos que lucen bonitos bonitos por encima de la mascarilla. En ese sentido, para Sánchez la falsa némesis más oportuna ahora ahora es precisamente Díaz. Le permitirá permitirá retener cerca el voto del izquierdista más cándido y a la vez fingir que se debate contra algo. Porque todo el mundo sabe que, hasta para ese rol de oponente oponente y defensor de las esencias sociales, sociales, Alberto Garzón, el Doraemon Doraemon de nuestra política, resultaba obviamente demasiado risible.
Díaz hará su papel de guardiana guardiana y cederá cuando haga falta. Las cesiones obvias se harán retorciendo retorciendo la semántica y la sintaxis y afirmando que se está haciendo lo contrario de lo que se hace. Mientras, Pedro se pondrá cada día más socialdemócrata, se teñirá teñirá las sienes de plateado para generar confianza, se atribuirá cualquier reactivación que pase cerca a la salida de la covid y, si la inflación y la crisis dan una tregua, tregua, adelantará elecciones. Con una némesis de bicoca como esa, quién no iba a hacerlo.