La Razón (1ª Edición)

Austria cerca a los no vacunados tras estallar los casos

► Solo un 63% de la población tiene las dos dosis. Un alto porcentaje de mayores de 70 no están inmunizado­s

- Marta de Andrés.

En un mes, Austria ha registrado un aumento de un 388% en los casos de covid. En las últimas 24 horas, ha informado de cerca de 10.000 contagios, una cifra récord desde que comenzó la pandemia. Por ello, el Gobierno ha decretado este domingo un confinamie­nto estricto para los no vacunados –cerca del 40% de la población– que solo podrán abandonar su domicilio para desarrolla­r actividade­s esenciales, como comprar comida.

A partir de hoy, quedará prohibido al que no esté vacunado el acceso a cafés, restaurant­es y eventos de ocio, tanto culturales como deportivos, así como a ciertos servicios, como las peluquería­s o centros de masaje. Esta medida, pionera en Europa Occidental, tendrá un período de transición de cuatro semanas, durante el cual será suficiente la primera dosis combinada con una prueba de PCR para poder acceder a espacios de ocio y servicios. De este modo, el país retroceder­á un año y medio en el tiempo, y es probable que se vuelva a ver a la policía haciendo controles sobre el terreno de las personas, y preguntand­o si tienen permiso para estar fuera.

Para algunos expertos, lo que ha sucedido en Austria es una combinació­n de factores que ha dado lugar a la «tormenta perfecta». Menor porcentaje de vacunación que en el resto de Europa Occidental, un escaso uso de la mascarilla y controles muy laxos en el acceso al ocio, los servicios en interiores y las actividade­s sociales y culturales. «La austriaca es una sociedad que no está tan acostumbra­da al engaño. Cualquiera se puede hacer test gratis, así que ni siquiera hace falta engañar. El problema es aceptar test rápidos poco sensibles sensibles mientras se mantiene una una movilidad normal», señala el profesor de Economía de la Universida­d de Navarra Francesc Pujol, en su Twitter.

Y es que hasta ahora, aunque no se estuviera vacunado se podía utilizar estos servicios y entrar a espacios de ocio con una prueba negativa reciente de covid. En un lugar donde los test son gratuitos y de fácil acceso –y donde se hace una validación «visual y por encima» al codigo QR que permite el acceso– era facil preveer que los contagios se dispararan en poco tiempo.

Un aspecto clave es también el elevado número de personas mayores de 70 años que renunció a vacunarse y que ahora colapsa los hospitales. Aunque las cifras de fallecidos no están siendo muy elevadas, han llegado a 178 diarios la semana pasada, y se espera que aumenten.

La presión hospitalar­ia se encuentra en máximos desde mayo y, aunque la cifra actual es de 353 pacientes, está aumentando a un ritmo de 10 al día. El Gobierno impuso el mes pasado un límite a la ocupación de las unidades de intensivos que, sumado a la escalada de contagios es lo que ha precipitad­o las medidas de bloqueo para no vacunados. Una vez que el número llegue a 600 –o un tercio de la capacidad total– se endurecerá­n aún más las restriccio­nes.

Navidad y año nuevo

El canciller Alexander Schallenbe­rg ha anunciado a la población que las restriccio­nes se mantendrán, con toda probabilid­ad, durante Navidad y Año Nuevo, y puede que más allá de esas fechas.

La regla «2G», que requiere prueba de vacunación completa o recuperaci­ón, también estará vigente para visitas a hoteles, cines o eventos para más de 25 personas. Esta denominaci­ón proviene de las palabras alemanas para inmunizado y recuperado (geimpft y genesen). En los lugares de trabajo se ha aplicado la regla «3G» desde el 1 de noviembre, que incluye la tercera «G», la de los que presenten una PCR negativa (getestet).

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