HUIDA FALLIDA DE LA AUTOFICCIÓN A CAUSA DE LA EXPERIENCIA ANTE UN ÓLEO SOBRE LIENZO DE 1928
No ser un hombre, ser la proyección del sueño de otro hombre
Jorge Luis Borges.
Ningún hombro desmerece curva que lo nombre
ni un tacto delicado que lo proporcione
deviene imperioso el ritmo de la carne o quizás sean solo cosas mías que quiero pintar una silueta veloz para nuestra íntima potencia.
Desollamos juntos un salobre entreacto
con ese aire prudente que nos encanece
exhibimos a la urbe una euforia sefardita y viajamos viajamos a los árboles Viene camal al equinoccio y sus estancias aguarda ya Georgette desnuda para que hablemos de nosotros y de ellos
y atravesemos el tiempo las amapolas las cartelas
y una tiniebla que nos ciegue con su misterio
para encontrar por fin consuelo en el hojaldre.
Nos queremos atletas en la exactitud
pero no cabe más cebra entre nosotros
Coge mi mano apresurémonos me dices
primero carcajada y después espesura
llegará la nobleza con su fingimiento que no pese la distancia en el furor si cálidos queremos tentar el artificio
Hay equilibrio en nuestra expectativa
acaso nos exhorta a su modo el enciclopedismo
Me ha despojado del algodón te confieso a pesar de esta tu meteorología es hora de estrecharnos en los colores pregúntame por el calzado que no habrá muro para la concordia necesitamos un copenhague tierno enfrentar de nuevo las odiseas erguidos mirarnos frente al espejo y reconocer aquella tierra que fuimos.
quién era pigmalión me preguntas y me observas postrimera mientras examino la simetría
dos manzanas encerradas en un tórax
dos piedras encerradas en la intemperie
dos siluetas que flotan para que nazca la semilla como si bailasen abismadas en un museo triste