Bon Vivant

EnEn la calle del profesor Waksman, te reciben con una sonrisa y con educación exquisita. Los clientes van en busca de un buen chaqué para el novio, el padrino y los testigos, y buscan esa mezcla del clásico chaqué con algo de innovación. Pues bien, la oferta de Bon Vivant no defrauda en absoluto. Se encuentran diversos tipos de chaqués, pero con un toque personal que la da algo diferente a lo que uno ya en su provecta vida ha visto en este tipo de prendas. Buena calidad y un terno clásico con esas típicas rayas de toda la vida, pero con un color «sui generis», y con un corte mucho más moderno que lo que esta prenda ofrece en otras tiendas del ramo. Chalecos modernos y de diversos colores y diseños, cruzados o no, para combinar de forma atrevida sin perder la elegancia de lo clásico. Sin embargo, todo esto se puede encontrar en Madrid en diferentes establecimientos del ramo, alguno de rancio abolengo y de fama bien merecida que está en la mente de quienes alguna vez han tenido que vestir esta singular prenda. La diferencia está en el trato recibido por Álvaro Ruiz-mateos que ha heredado de su padre, además de un extraordinario parecido, un saber estar, saber tratar y saber aconsejar que hacen de Bon Vivant una elección acertadísima. Estuvimos mi mujer y yo con nuestro futuro yerno Gonzalo, y con Lucas, uno de los testigos elegido por los novios, un tipo elegante, simpático, guapetón y con una envidiable figura, a la sazón nieto de mi admiradísimo filólogo don Emilio Lorenzo, y los cuatro salimos de allí plenamente satisfechos por la atención recibida, la excelente oferta económica de los chaqués, tanto de estreno como de segundo uso, y con cita en firme para la prueba. Muy recomendable.

«Álvaro Ruíz-mateos ha heredado de su padre el saber estar»