Marea verde de esperanza y solidaridad contra el cáncer
► Valladolid y Salamanca responden a la llamada y decenas de miles de personas participan en sus marchas pese al frío
Verde de esperanza y solidaridad contra el cáncer en las calles de Valladolid y Salamanca, con decenas de miles de personas en las calles de ambas ciudades para aportar su granito de arena en la lucha contra el cáncer.
Se esperaba con impaciencia y con muchas ganas de salir a la calle y participar en la décima Marcha Popular contra el Cáncer de Valladolid. El año pasado no se pudo celebrar de forma presencial por la crisis sanitaria del coronavirus, cuando, además, se venía de un 2019 histórico en el que se consiguió batir todos los registros con más de 56.000 inscritos. Además, la pandemia ha sido dura para toda la sociedad, pero lo ha sido especialmente para las personas que padecen un tumor cancerígeno y sus familias, ante el «olvido» que han sufrido en detrimento de un coronavirus que parece no tener fin pese a la mejoría. Por todo ello y mucho más había expectamarcha ción por salir a las calles de la ciudad para echar una mano y, además, mostrar el orgullo de pertenecer a una sociedad que tiene a la solidaridad, la generosidad y el bien común, entre sus valores principales y esenciales.
Al final, más de 44.000 personas se ataviaban, además de con la mascarilla obligatoria, con ropa de sport y de color verde esperanza pese al frío para participar, guardando la distancia de seguridad, ya sea corriendo o andando, en familia, con amigos o en solitario, por una buena causa: ayudar a la investigación contra el cáncer para salvar vidas aportando a la gran hucha que se destinará al estudio de los tumores que afectan a las células de la sangre. Y es que con el dinero recaudado, cinco euros por inscrito, el doctor Javier Robles podrá seguir con la investigación que realiza en el Centro del Cáncer de Salamanca, sobre un tipo de linfoma poco caracterizado y con una supervivencia escasa, pero que en un corto plazo permitirá tratar a los pacientes de una forma más «personalizada» con fármacos más concretos.
En Salamanca se congregaban más de diez mil andarines y caminantes que agotaron los dorsales para impulsar con sus donativos la lucha contra el cáncer, en la que ha sido su séptima edición de esta contra esta enfermedad en la ciudad. La marcha, además, arrancaba con los voluntarios y los sanitarios encabezando la marcha como homenaje a su esfuerzo y dedicación, especialmente en durante la pandemia. Fue una jornada festiva para disfrutar en familia o con los amigos, pero no exenta de reivindicación. De hecho, el presidente de la AECC de Salamanca, Ángel Losada, se dirigía a los presentes a través de la megafonía para reclamar un respetuoso minuto de silencio para reflexionar sobre «por qué, para qué y, sobre todo, por quienes» se congregaban ayer tantos salmantinos. Al respecto, recordaba que el 45 por ciento del impacto económico de la enfermedad recae únicamente en las familias. «Por eso este tipo de iniciativas tiene sentido», apuntaba.
«Desde la sexta marcha se han producido unos 280.000 diagnósticos de cáncer en España y somos más vulnerables», decía Losada, quien, sin embargo, lanzaba un mensaje de esperanza de cara al futuro «porque la lucha contra el cáncer va bien».