El General Invierno
ElEl General Invierno derrotó a Napoleón que se calentó por poco tiempo en las brasas de un Moscú carboni-zado. carboni-zado. La entumecida Grande Armée inició un calvario de retirada. En el siglo pasado, las tropas de Hitler alcanzaron los arrabales moscovitas y se con-gelaron. con-gelaron. Vladimir Putin blan-de blan-de armas similares: frio, hielo y ventisca, pero en el corazón de Europa y con inflación.
Un carrito de supermercado medio vacío es tan peligroso como un carro de combate T90. La Guerra de Ucrania se enquista. Kiev cede terreno a cuentagotas a cambio de tiem-po tiem-po y cañones. Espera las llu-vias llu-vias que embarran hasta el pensamiento y al helador in-vierno. in-vierno.
Putin sabe que una guerra larga le perjudica y barrunta que el apoyo de Occidente a Ucrania se resentirá si la rolli-za rolli-za población europea siente en sus templadas carnes una vivienda gélida.
La calefacción será nuestra trinchera. Así que Putin va re-cortando re-cortando el flujo del gas y amenaza con no reabrir el ga-soducto ga-soducto Nord Stream 1, cerra-do cerra-do por obras.
La prueba de fuego será el próximo jueves. Entonces, a la vez que Christine Lagarde anuncie la subida de los tipos de interés, el Kremlin puede clausurar la principal vía ga-sística ga-sística hacia Alemania o redu-cir redu-cir su caudal.
Por eso, se acumulan los mensajes de las autoridades comunitarias abogando por un mayor ahorro. La energía más barata es la que no se gas-ta, gas-ta, pero por mucha eficiencia que se logre la industria y el transporte seguirán necesi-tando necesi-tando hidrocarburos. Los di-rigentes, di-rigentes, aunque rechinando, miran hacia el carbón y las nucleares. Las renovables to-davía to-davía no bastan. A pesar de la ola de calor «se acerca el invierno».