Putin empuja al mundo hacia el abismo
TalTal vez alguna mente incluso lúcida de Oc-cidente Oc-cidente confiara en que Putin había con-templado con-templado en los esce-narios esce-narios abiertos por su «operación especial» en Ucrania la posibilidad de la derrota en el campo de batalla y en la esfera política. Entiéndase por fracaso la opción de no haber doblegado la resistencia de Kiev ni haberse apropiado de los territorios del sur del país vecino y consolidado su anexión de Crimea. Si en alguna cancillería se especulaba con esa opción final fruto de una negocia-ción, negocia-ción, el inquilino del Kremlin se ha encargado de despertar del sueño a los incautos después de unas sema-nas sema-nas de reveses para sus tropas. En un mensaje a la nación, pero también al mundo y muy especialmente a la población ucraniana, el presidente ruso sentenció una escalada de la contienda y la prolongación de las hostilidades el tiempo que sea ne-cesario. ne-cesario. Vladimir Putin acusó a Oc-cidente Oc-cidente de intentar «destruir Rusia» y puso de nuevo sobre la mesa la de-terminación de-terminación de emplear las armas nucleares. Decretó la movilización militar parcial de 300.000 reservistas y confirmó que Moscú respalda los referéndums anunciados por las au-toridades au-toridades ocupantes en las regiones ucranianas de Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia para unirse a la Federación Rusa, además de enfa-tizar enfa-tizar la voluntad de defender a toda costa las nuevas fronteras. No hay un solo indicio, dato o acto que nos aproxime al epílogo de esta tragedia, sino más bien todo el engranaje bé-lico, bé-lico, político y diplomático reafirma que nos encontramos cada día más lejos del final. Estos últimos movimientos movimientos del autócrata ruso son la constatación de que ha planteado un esfuerzo bélico sostenido en el tiempo con soldados instruidos para el combate inmediato. El horizonte funesto vinculado ala confrontación se traducirá en más calamidad es humanas humanas yes tragos de todo tipo principalmente principalmente para Ucrania, pero también también para Rusia. Para la comunidad internacional garantiza la agudización agudización de la crisis económica, la debacle debacle inflacionaria y la más que probable probable escasez o precariedad energética y de materias primas, cuyo impacto severo está por determinar en un invierno temible. Putin nos empuja hacia un abismo en pos de sueños imperiales con que alimentar el expansionismo expansionismo ruso que se cobrará un gravosa factura de prosperidad y bienestar singularmente en Europa, para lo que no sabemos si estamos preparados o nos cogerá de nuevo con los deberes por hacer especialmente especialmente en España. Putin se ha fijado un objetivo y cuenta con los medios para alcanzarlo y poderosos aliados en un contexto geoestratégico de choque de bloques. De momento, el éxito no lo ha acompañado, pero su control de todos los resortes del mando le garantiza manos libres para utilizar las capacidades de un poder absoluto. Estamos expuestos a cualquier amenaza antes de que el Kremlin pierda la guerra. Hay que asumirlo y prepararse. Más allá de la heroicidad ucraniana, Occidente no puede vacilar en defensa de todo aquello que nos define como sociedades sociedades libres.