«¡Nos lloverán langostas!»
CadaCada rincón del Gobier-no Gobier-no es un rumor. La visión de los negros nubarrones económi-cos económi-cos no se deshace con un «reality» para contemplar al presidente desayunando con su esposa en La Moncloa. Cuando hablas con personas del estado mayor de Pe-dro Pe-dro Sánchez, sacas en claro que los principales indicadores se ti-ñen ti-ñen de rojo como anticipo de un otoño-invierno que puede ser dramático. Más de lo que ya está siendo, con la inflación desatada, las familias sin poder llegar a fin de mes, los precios energéticos estrangulando hogares y empre-sas, empre-sas, y nuestras calles llenas de negocios que han echado el cie-rre… cie-rre… Sánchez, mientras, trata de orillar los problemas zarandean-do zarandean-do a la izquierda para que salga a socorrer al «progresista» Consejo de Ministros. Son los poderosos los que tienen la culpa de lo que pasa. Fumándose un puro ade-más, ade-más, ese detalle tan visual que se ha atrevido a desplegar el presi-dente. presi-dente. Desesperación.
Aburre de tanto repetirlo, pero todos los guiones de Sánchez se supeditan a la evolución de la guerra en una Ucrania asediada por Putin. Y la cronificación del conflicto parece el escenario más realista. Así, al menos, opinan los analistas de inteligencia de la OTAN. Y esos son los informes que tiene sobre la mesa el presi-dente. presi-dente. Un inminente corte total de gas a Europa desde Rusia dis-para dis-para la inquietud en la sala de máquinas sanchista. Por tanto, se antoja decisivo responder al de-safío de-safío con planes de contingencia orientados a hacer frente a cual-quier cual-quier escenario «por adverso que sea», según insisten desde las sentinas de La Moncloa. Ni si-quiera si-quiera puede descartarse que debamos someternos a severas restricciones. Si llegase a ser así, «ya solo nos quedaría que nos cayese encima una lluvia de lan-gostas», lan-gostas», resume un cercano a Sánchez en modo bíblico.
Hay tanta incertidumbre cir-culando cir-culando entre los fontaneros del Complejo Presidencial que, a decir verdad, los equipos que planifican funcionan casi como mentideros. La desazón recorre los círculos de poder gubernamentales gubernamentales y retumba igualmente en el PSOE. Ferraz mira el gran examen de las municipales y autonómicas autonómicas de mayo de 2023, que va a ser la gran prueba de fuego de las generales de finales de año. Y a sus barones, pese a que la mayoría callen, no les une precisamente precisamente el amor a Sánchez, sino el espanto por lo que se les viene encima. En los territorios, que son los ojos de la organización, organización, las cataratas se observan a simple vista. Y lo que puede suceder suceder el 28-M no pinta desde luego color de rosa.
Quienes en las cúpulas regionales regionales creían tener revalidado su mandato hasta hace unos meses, comprueban que retroceden sus perspectivas electorales. «Se nos están complicado las cosas mucho», mucho», ya se admite «off the record». record». El grito de Emiliano Garcia-page Garcia-page contra la estrategia de su líder, por sus socios y por su inquina inquina contra Alberto Núñez Feijóo, Feijóo, resume el llanto interior de la organización socialista, más allá de las paredes del cuartel general de Ferraz y La Moncloa. Y ello pese a que Óscar López, jefe de Gabinete del Presidente, y Santos Cerdán, secretario de Organización, Organización, hayan tenido que remangarse remangarse para llamar al orden, fuera de los focos, al presidente de Castilla-la Castilla-la Mancha. Sobre todo preocupaba preocupaba que el fogonazo público se extendiese a más lugares.
En cualquier caso, Page supone supone el menor de los quebraderos de cabeza de Sánchez. El «seísmo de grado 10», según la gráfica descripción descripción de un miembro del staff presidencial, ha llegado al entrar de lleno las comunidades gobernadas gobernadas por el PP en la batalla fiscal. Acción-reacción. La embestida de los populares les pilló tan por sorpresa que obligó al presidente a ordenar como mecanismo de autodefensa la penalización a las grandes fortunas. Fuegos de artificio artificio justo cuando Sánchez estaba estaba reunido en Nueva York con «tiburones» de Wall Street representantes representantes de los mayores «fondos buitre». Amén de donar 130 millones millones de todos los españoles a la fundación del «pobre» Bill Gates. La coherencia por montera.