La Razón (1ª Edición)

La desolación de la izquierda

- Francisco Marhuenda

LosLos italianos han dado la espalda a la izquierda. En-tiendo En-tiendo la desolación de los políticos y los periodista­s españoles, porque ya se sabe aquel dicho de« cuan-do cuan-do las barba s de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar». Cada país es distinto, pero el giro de Italia al centro derecha es muy significat­ivo. Estos días asistimos a los habituales análisis simplones y las des calificaci­ones de brocha gorda. Han decidido sustanciar el tema diciendo que es una victoria de la ultraderec­ha. Meloni representa una derecha na-cionalista na-cionalista o patriótica que nada tiene que ver con lo que defendía en su juventud. La incoherenc­ia española pasa por aceptar a los que estuvieron en ETA y su organizaci­ón política, incluso como dirigentes, en formacione­s comunistas o independen­tistas, pero se descalific­a a Meloni, aunque haya evoluciona­do hacia posi-ciones posi-ciones moderadas. Por cierto, los radicales que apoyan a nuestro gobierno se sienten muy orgullosos de mantenerse firmes en sus posiciones. No hay más que ver a ese gran «demócrata» de Arnaldo Otegi, los ministros comunistas y antisistem­a o a los líderes del golpe independen­tista del 1-O. La diferencia es que cuentan con un gran apoyo mediático.

Los dirigentes del PCE que participar­on en la Guerra Civil Civil y luego protagoniz­aron la Transición, como Carrillo y la Pasionaria, habían sido fervorosos seguidores de Stalin. Es sorprenden­te la arrogancia con que se asegura que la llegada al poder de la futura primera ministra comportará recortes de derechos y libertades. Es un lugar común de los pijoprogre­s, pero es algo imposible en el marco de la UE y en un país modélico modélico como Italia. El problema es que compramos la baratija de la izquierda a la hora de definir qué es lo que se entiende como derechos y libertades. Por ejemplo, las leyes de adoctrinam­iento adoctrinam­iento del PSOE y Podemos son posiciones políticas que hacen un desarrollo legislativ­o partidista de nuestro texto constituci­onal. La oposición tendrá toda la legitimida­d para cambiarlas cuando llegue al gobierno. Ni será un retroceso ni se pondrán en riesgo los derechos y las libertades. Lo mismo mismo sucederá en Italia. Meloni y sus aliados podrán aplicar el programa de gobierno que acuerden dentro del marco constituci­onal. constituci­onal. En el caso de que aprueben alguna norma que no se ajuste a ella será declarada inconstitu­cional. Es tan simple, que tanta ignorancia resulta patética.

«Compramos la baratija de la izquierda a la hora de definir qué es lo que se entiende como derechos y libertades»

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