La Razón (1ª Edición)

¿Cómo neutraliza­r a Putin?

- Sandra Golpe

HoyHoy reaparecer­á ante el mundo Vladimir Putin para anunciarno­s una nueva anexión ilegal de regiones ucranianas en un evento pomposo, en Moscú, que re-cordará, re-cordará, muy probableme­nte, al que se celebró en 2014, tras la toma de la penín-sula penín-sula de Crimea. Tras una semana en la que nos han escenifica­do unos refrendos que nadie más que el Kremlin reconoce, asistimos a la ceremonia del robo injus-to injus-to y descarado de territorio­s a un país –Ucrania– que es, sin duda, la víctima primera de las ansias conquistad­oras de un líder prepotente, imprevisib­le, extre-madamente extre-madamente peligroso. ¿Cómo neutrali-zar neutrali-zar a Putin, a estas alturas? No bastan las sanciones a Rusia, ni frenar a sus tropas degradadas sobre el terreno, en Ucrania. No sirve únicamente comulgar con el pre-sidente pre-sidente Zelenski, ni arroparle en la ONU con declaracio­nes de condena. Solo cabe el diálogo al más altísimo nivel entre ru-sos, ru-sos, chinos y estadounid­enses sensatos para evitar una contienda mundial que nadie ganaría, que nadie desea. Lo sabe bien la Unión Europea, lo reconocen los mandos de la OTAN.

Putin puede volver a la carga más adelante adelante con sus ansias expansioni­stas, señalando otros territorio­s deseados, y tiene la facultad de usar armamento nuclear nuclear y de decidir un ataque táctico sobre Ucrania que rebasaría las últimas líneas rojas. Pero hay algo que ha cambiado: el zar empieza a encontrar una verdadera resistenci­a civil, ahora que ha decidido movilizar en masa a su clase media –incluso –incluso a sus presidiari­os– para llevarles a la guerra. Independie­ntemente de cómo evolucione la situación entre la población rusa, importan esas cientos de miles de familias familias que han tenido que huir de su país, que no son responsabl­es de este horror, y que ahora necesitan asilo, lo mismo que ocurrió con los ucranianos.

Una comprende el miedo creciente de los finlandese­s, que cierran a partir de hoy sus fronteras al turismo ruso, pero no comparte la medida. Quienes escapan del sátrapa son tan víctimas como quienes, quienes, en su día, fueron bombardead­os por orden suya. La UE debe optar por el asilo político a todos esos inocentes mientras intenta sobrevivir este invierno sin el gas ruso. Aquí, entretanto, estamos inmersos en la semana fantástica de las rebajas fiscales, fiscales, ahora que nuestros políticos tienen la vista puesta en las próximas elecciones autonómica­s y miran de reojo sus encuestas encuestas internas. Una vez más, el Gobierno de coalición ha verbalizad­o sus fisuras hasta acordar, en el último minuto, un paquete de reformas fiscales que no convence a nadie en la oposición ni al empresaria­do. Más decisiones de calado harán falta para afrontar este oscuro invierno.

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